En los pasillos del Congreso, Tardà respondió así al ser preguntado por el anuncio de la dirigente de la CUP Anna Gabriel de quedarse en Suiza y no acudir a su declaración ante el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena. "Cualquier estrategia de defensa es legítima atendiendo al hecho de que se trata de una causa política y no judicial", aseguró.

"El meollo", añadió, no es la actuación de las "víctimas", sino la "persecución política y judicial" al independentismo a pesar de haber demostrado ser un movimiento "cívico, pacíficoy democrático". Lo que hay que denunciar, insistió, no es "el dolor de las víctimas", sino "la crueldad de aquellos que provocan el dolor".

Tardà reiteró su llamamiento a los demócratas españoles a "rebelarse" ante una situación que "vulnera los derechos civiles" y que "pone en jaque la misma democracia española". Aunque aún no percibe la reacción esperada, expresó su confianza en que "tarde o temprano recibiremos la solidaridad que creemos que nos merecemos como demócratas y como ciudadanos libres del siglo XXI".

El dirigente de ERC precisó además la interpretación que se ha hecho de la declaración de la secretaria general de su partido, Marta Rovira, ante el Tribunal Supremo, y aseguró que no es verdad que ella deseara frenar el referéndum del 1 de octubre, sino que, "viendo la brutalidad" con la que se estaba reprimiendo esa convocatoria en las calles y las imágenes que provocaban "pavor", hizo una "reflexión" sobre la conveniencia de pararla, pero "se concluyó que habría sido peor el remedio que la enfermedad".