Desde que Pedro Sánchez recuperó la Secretaría General del PSOE se ha visto como un hándicap su ausencia en el Parlamento al no ser diputado, pero desde Ferraz lo han querido contrarrestar con otro tipo de iniciativas públicas del líder socialista más próximo a sus militantes y simpatizantes, como las asambleas abiertas.

Además, para paliar ese hándicap, Sánchez confió en Margarita Robles como portavoz y aseguró que sería sus ojos y su voz en la Cámara Baja. De esta manera, los ‘cara a cara’ del PSOE con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, los mantiene ella.

El perfil parlamentario de Robles despertó, desde el primer día, comentarios en el seno socialista por sus intervenciones, que hace sin apoyarse en ningún papel, porque dicen que “se le escapa vivo” el presidente y es “muy floja” en el duelo parlamentario.

Sin entrar a cuestionar su labor en la dirección del Grupo Parlamentario Socialista, varias fuentes consultadas por Servimedia indicaron que “no se puede seguir así” porque, como apunta ahora el propio Partido Popular, el líder de la oposición es Ciudadanos.

Así, algunos dirigentes socialistas del Grupo consideran que hay que dar una vuelta a la sesión de control y que sean diputados más vehementes y con reconocida trayectoria parlamentaria los que pasen a la primera línea y hagan preguntas que pongan en aprietos políticos al Gobierno, manteniendo que Robles, como portavoz parlamentaria, sea la que interpele a Rajoy.

No sólo se centran en la intervención de Robles sino, en general, en la actuación del PSOE en la sesión de control, en la que suelen participar miembros de la dirección parlamentaria como Adriana Lastra, también vicesecretaria general del PSOE; Meritxell Batet, portavoz adjunta, o diputados como Mercé Perea, Rocío de Frutos y Odón Elorza.

Por ello, en el seno del grupo parlamentario hay quienes se han cansado de esperar porque ven que la situación apremia y el PSOE no está sacando redito de las sesiones de control. Aseguran que el proyecto socialista de alternativa al PP no está transmitiéndose sino que ahonda la sensación de que pactan con el Gobierno los temas, como ocurrió con la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña, lo cual le pesa al PSOE al presentarse como la alternativa de Gobierno de izquierda.