Así se desprende de un respuesta por escrito que el Gobierno ha proporcionado al senador de Compromís Carles Mulet, quien cuestionó al Ejecutivo sobre el coste que ha tenido “año por año” para las arcas públicas “cada una de las actuaciones de mantenimiento, actuaciones urgentes para asegurar su integridad, ordinarias y extraordinarias”.

El dato que proporciona el Gobierno es un gasto de 1.836.325,66 euros correspondiente al ejercicio de 2016, dividido en cuatro partidas: gastos de personal (1.045.000 euros), gastos corrientes en bienes y servicios (327.722,78 euros), transferencias corrientes (340.000 euros) e inversiones (123.602,55 euros).

En estos gastos se incluye, según el Ejecutivo, la subvención de 340.000 euros a la Abadía benedictina, en su condición de beneficiaria de la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos.

Mulet lamentó que se “mantenga el mausoleo de un dictador genocida como si se tratase todavía de una máxima autoridad del Estado” y se preguntó si “¿alguien cree que en Italia o Alemania tendría cabida pagar con dinero público mantener mausoleos sagrados para Mussolini o Hitler?”

El senador Mulet también se interesó por los progresos para la reconversión del Valle de los Caídos en un lugar para la “memoria de todas las víctimas y muertos de la Guerra Civil y la resignificación integral del conjunto arquitectónico”.

Ante este interés, el Gobierno se remite al hecho de que la Comisión de Expertos para el Futuro del Valle de los Caídos apeló a la necesidad de que cualquier actuación del Ejecutivo en el interior de la Basílica “exige una actitud de colaboración por parte de la Iglesia” y los “máximos consensos políticos y sociales”.