Infancia

Cinco niños normalizan vivir con enfermedad graves en la película ‘Ganar al viento’

MADRID
SERVIMEDIA

Cinco niños franceses (Imad, Amber, Charles, Camille y Tugdual) son los protagonistas de la película documental ‘Ganar al viento’, un trabajo de la directora Dauphine Julliand, en la que comparten su día a día con enfermedades graves de forma realista, alegre y consciente.

Pese a su corta edad, los pequeños muestran que siguen siendo niños pero afrontan con madurez su convivencia cotidiana con los tratamientos y el dolor.

En una entrevista a Servimedia, Andrea Bellaba, distribuidora de la película en España con Film Burò, concreta que, no obstante ‘Ganar al viento’ “no habla de enfermedad”, gracias a la sensibilidad especial de la directora, una periodista gala que ha vivido de primera mano lo que es tener hijos con enfermedades raras degenerativas.

Tras la muerte de una de sus pequeñas, cuenta Bellaba, la directora cambió de forma de pensar: “La situación es muy dura y muy traumática, pero ella dice que ser feliz es una decisión y que a pesar de todos los momentos duros después se puede volver a ser feliz”.

LLENAR DE VIDA

Así que, como no podía dar más días a la vida de su hija enferma, decidió “llenar de vida” los días que la quedaban. “Es un buen lema que deberíamos aplicarnos todos. Con esta premisa ella contaba también que después de todas las experiencias se dio cuenta de que su hija era maravillosa, pero no era única”, agregó.

“La enfermedad no es el mensaje más importante de la película. Da igual. No está centrada la película en la enfermedad. Es una invitación a compartir momentos de la vida de estos niños que en algunos casos supone ir al cole, hacer teatro, montar en bicicleta e ir a los hospitales, porque también forma parte de su vida”, revindica la distribuidora en España.

Por ello, la película está contada desde el punto de vista de los niños: los únicos que hablan son ellos y la cámara está bajita para estar a su nivel.

Ellos demuestran que, ante las cámaras y en la vida, están a la altura. Uno de los pequeños llega a empatizar con sus padres y reconocer que para él la enfermedad “no es difícil”, pero para los adultos sí; y una niña, que siempre carga una mochila rosa con una bomba pulmonar para poder respirar, bromea a sus compañeros diciendo que en su interior lleva caramelos.

(SERVIMEDIA)
10 Feb 2018
AHP/nbc