Bajo el título ‘En el ángulo muerto: refugiados y migrantes en Italia’, el trabajo denuncia como miles de excluidos del sistema de acogida malviven sin acceso al agua potable, a una alimentación básica o a la atención sanitaria.

La mayoría son solicitantes de asilo a quienes no se concede una plaza en un centro de recepción según lo dispuesto por ley y refugiados que salen de los centros gubernamentales al final del procedimiento de asilo sin herramientas para su integración social. Estas personas viven atrapadas en las fronteras, en edificios ocupados en las ciudades y en guetos en zonas rurales.

Por ello, MSF reclamó a las instituciones competentes, nacionales y locales, promover políticas específicas de recepción e inclusión social dirigidas a solicitantes de asilo y refugiados.

Asimismo, les instó a garantizar el acceso a los bienes básicos y a la atención primaria para todos los migrantes presentes en Italia, independientemente de su situación legal.

AL MARGEN DE LA SOCIEDAD

"Dos años después de la primera edición de este estudio, el informe sigue mostrando un triste mapa de vulnerabilidad y marginación. Describe una situación en la que miles de personas que tienen derecho a refugio y protección ni siquiera cuentan con un alojamiento digno donde dormir, suficiente comida o acceso a un médico", explicó Giuoseppe De Mola, coordinador del informe y asesor de Incidencia Política de MSF.

A su juicio, "estos refugiados y migrantes viven al margen de la sociedad debido a un sistema de recepción inadecuado y de políticas fronterizas nocivas, así como a la mala implantación de las políticas diseñadas para fomentar la inclusión social de los migrantes y los refugiados a nivel nacional, regional y local".

El informe se basa en cientos de entrevistas con refugiados y solicitantes de asilo que viven en 47 asentamientos informales en varias regiones de Italia. Según sus resultados, más de la mitad de los asentamientos (55%) no tienen ni agua ni electricidad. El 53% están habitados solo por hombres adultos, el 13% por hombres y mujeres y en el 34% residen adultos y menores de edad. En 17 de los 47 asentamientos se ha documentado la presencia de menores de 5 años.

En los asentamientos hay personas de África subsahariana y del Cuerno de África, pero también de Siria, Irak, Pakistán o Afganistán. Algunos son recién llegados a Italia, mientras que otros llevan años residiendo en el país transalpino y, aun siendo titulares de alguna forma de protección internacional o humanitaria, siguen luchando por conseguir un empleo o una vivienda estable.