Así lo anunció el concejal presidente del distrito, Jorge García Castaño, también delegado de Economía y Hacienda, en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno. Según dijo, el decreto se trata de “un texto muy bueno” fruto de “la comprensión mutua” de asociaciones de músicos y de vecinos, a quienes agradeció sus negociaciones durante un año.

Además de las normas específicas que impone la consideración de parte del centro como Zona de Protección Acústica Especial, a partir de ahora el distrito se dividirá en áreas de uso terciario y áreas de uso residencial. En las primeras, se podrá tocar de 10.00 a 15.00 y de 17.00 a 22.00 horas, que se ampliará hasta las 23.00 entre el 15 de junio y el 15 de septiembre; en las segundas, en las que no se permitirá percusión ni altavoces, sólo los sábados se podrá tocar en el mencionado horario, mientras que el resto de los días sólo se podrá entre 12.00 y 14.00 y entre 18.00 y 20.00 horas (en verano entre 19.00 y 21.00).

Los músicos tendrán que solicitar en la Junta de Distrito autorizaciones que tendrán un valor de seis meses, aunque podrá pedirlas de forma sucesiva. Un solo músico podrá estar en un determinado sitio una hora seguida si es de uso residencial y dos horas seguidas si es de uso terciario. Deberá situarse a un mínimo de tres metros de los accesos a inmuebles, a seis de las terrazas y a un mínimo de 75 metros de otro músico. Por último, y como está incluido ya en la Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica, tendrán que guardar 150 metros con centros escolares, sanitarios, centros de mayores o servicios de urgencias.

El decreto también ha introducido la posibilidad de que haya actuaciones musicales en el entorno de los puestos del mercado del Rastro, donde estarán vigentes los horarios correspondientes al uso terciario.

A pregunta de los periodistas, García Castaño aclaró que desaparece el examen de idoneidad que impuso el Gobierno municipal de Ana Botella, que a su modo de ver ha retraído a los músicos más profesionales, ha promovido la mendicidad musical y, en suma, ha empeorado la calidad. Las multas, indicó, son las ya previstas por otras ordenanzas sobre el límite de ruido y otros excesos, aparte de la retirada de la autorización que prevé este decreto, y se confía en que la nueva regulación ya esté “a pleno rendimiento” cuando llegue la primavera y proliferen las actuaciones musicales en la calle.