Así se pronunció el jefe de la diplomacia española, en una entrevista en Onda Cero recogida por Servimedia, en la que dejó claro que el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont “no puede ser investido en virtud de las causas que se orden contra él”.

Por ello, consideró que “lo más razonable” sería que “los que más escaños han conseguido intenten llegar a un consenso”, ya que observó la complejidad de “gobernar una región como Cataluña desde la distancia”.

Esto le sirvió para reflexionar sobre lo dificultoso que sería para el Gobierno explicar a sus socios europeos que Puigdemont fuera presidente de la Generalitat “estando en la cárcel”, una situación que dijo “no se va a producir”.

Afirmó que en democracia se “tiene que obedecer a unas reglas” fijadas en la Constitución y manifestó que actualmente se asiste a una “situación anómala e incómoda”.

Celebró que la UE ha apoyado al Gobierno frente al desafío independentista y situó en la “tradiciones jurídicas diferentes” las críticas que el Ejecutivo haya podido recibir de alguno de los miembros del club comunitario.

"Los independentistas no tienen ningún eco en los gobiernos e instituciones de la UE", remachó.