Así se pronunció el jefe de la diplomacia española en declaraciones a los periodistas en Davos, en las que puso de manifiesto el escaso interés que esta cuestión ha suscitado entre los asistentes a este foro económico.

De hecho, explicó que la noche del martes participó en un encuentro sobre “el papel de las emociones en política”, en el que pensaba que se iba a abordar la situación en Cataluña. Finalmente, para su sorpresa, esta cuestión no se trató.

No obstante, descartó que la crisis en Cataluña se haya olvidado en la comunidad internacional, si bien comentó que “no es el primer tema que sale rápidamente”.

Esto le permitió observar que esta materia va encaminándose a una resolución a partir del “orden jurídico español”.

Eludió valorar si el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont volverá a España para ser investido, ya que “no estoy en su mente”, si bien dejó claro que sus “actos tendrán consecuencias en el orden jurídico”.

A su vez, deseó que el Parlamento catalán tome cuanto antes una “nueva deriva” y trabaje para “establecer un gobierno en condiciones que respete la legalidad catalana y española” con el objetivo de “pasar página del episodio lamentable que hemos vivido”.

Por último, definió el encuentro que ayer mantuvieron Felipe VI y el presidente francés, Emmanuel Macron, en Davos como “muy agradable”, y explicó que en él se habló de la situación en Cataluña, de intercambios de visitas y de las interconexiones energéticas.