La retirada de estos productos ha tenido lugar tras una denuncia de la organización de consumidores Facua, que alertó de que los amplificadores de sonido Vitalcontrol deberían seguir la regulación de los productos sanitarios.

De hecho, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios señaló en un informe publicado en 2015 que "aunque la tecnología y la apariencia de algunos aparatos amplificadores sean similares a las de un audífono, sólo estos últimos están diseñados e indicados para compensar las deficiencias auditivas”.

Y es que un amplificador de sonido está destinado a ser utilizado por personas con audición normal que tienen la necesidad de amplificar los sonidos en ciertas situaciones, pero no para personas con discapacidad o problemas de audición.