Por ello, pidió introducir sexenios que reconozcan la transferencia a la sociedad (patentes), a fin de “acercar la universidad al mundo de la empresa”. En un encuentro informativo, Abril explicó que ahora los investigadores publican todos los resultados, puesto que esto es lo que se reconoce y lo que les supone un incentivo económico. “Nadie se preocupa de ver qué necesitan las empresas ni de buscar cómo patentar”, prosiguió, “algo impensable en EEUU, donde la universidad prohíbe a sus investigadores publicar nada sin su permiso”.

De ahí su petición de introducir estos nuevos sexenios y reforzar las Oficinas de Transferencia del Conocimiento (OTRI) con más profesionales expertos en la comercialización de investigaciones. “No podemos pedir a nuestros profesores que además de investigar hagan de comerciales.

FLEXIBILIDAD

Según Abril, esta reforma debería ir acompañada de un nuevo modelo de gobernanza “más ágil y menos burocratizado”, así como de una mayor capacidad para contratar.

España tiene la tasa de internacionalización más baja de la UE (solo un 3%), “cuando atrae al mayor porcentaje de Erasmus y tiene el segundo idioma más hablado del mundo”.

En opinión de Abril, aunque desde luego hay un problema con el escaso uso del inglés, “la principal dificultad está en las rigideces de contratación”. En la universidad pública resulta “prácticamente imposible” contratar un profesor extranjero dentro del régimen general, señaló. “Solo se puede hacer con programas específicos y financiación had oc”, por lo que defendió un modelo “donde el personal sea indefinido pero laboral, no funcionario”.

Asimismo, pidió que el gobierno de la universidad tenga más capacidad para decidir sobre sus recursos humanos (nuevos contratos, remuneraciones en función del rendimiento, etc.) y a la hora de establecer nuevas titulaciones. Según Abril, las universidades españolas “son muy buenas en docencia e investigación, pero no proporcionan a los estudiantes competencias profesionales (trabajo en equipo, emprendimiento, dominio de lenguas…) que las empresas requieren”. Avanzar en este terreno y en la creación de títulos “adaptados a la demanda” es la clave para “reducir el paro y la precariedad” de los universitarios españoles, agregó.

Por último, aseguró que esta propuesta de reforma cuenta con el apoyo de los rectores “en líneas generales”, y abogó por introducir los cambios legislativos necesarios para que aquellas universidades que lo deseen adopten el nuevo modelo, sin necesidad de imponérselo a todas.