Así lo aseguran Laurie Harrer y Taal Levi, ecólogos del Departamento de Pesca y Vida Silvestre de la Universidad Estatal de Oregón (Estados Unidos), en un estudio publicado en la revista ‘Ecosphere’.

Ambos investigadores usaron cámaras activadas por movimientos para registrar osos, aves y pequeños mamíferos que comen bayas rojas denominadas ‘club del diablo’ (‘Oplopanax horridus’), y recuperaron el ADN a través de la saliva que quedaba en los tallos de las bayas, con el que identificaron la especie y el sexo de los osos.

Descubrieron que los osos pueden dispersar a través de sus excrementos alrededor de 200.000 semillas del 'club del diablo' por kilómetro cuadrado y por hora, que los roedores dispersan al abastecerse de ellas, al igual que las ardillas lo hacen con las bellotas.

Levi indica que las aves suelen ser las principales dispersoras de semillas en la naturaleza, pero representan una pequeña fracción en el sudeste de Alaska. Este estudio es el primero que muestra semillas dispersadas principalmente por mamíferos a través de su intestino y sugiere que los osos pueden influir en la composición de las plantas en el noroeste del Pacífico.

Era conocido que los osos dispersan semillas a través de sus excrementos, pero no que lo hacen más que las aves. “El 'club del diablo' es extremadamente abundante en el sudeste de Alaska, por lo que no parecía plausible que las aves dispersaran todos esos frutos. Los osos son esencialmente como granjeros. Al sembrar semillas por todas partes, promueven una comunidad de vegetación que los alimenta”, añade Levi.

El área de estudio abarcaba zonas a lo largo de los ríos Chilkat y Klehini (sudeste de Alaska), donde los osos pardos dispersan la mayor cantidad de semillas, sobre todo antes de que el salmón esté ampliamente disponible, puesto que forma parte de su dieta.

Los científicos hallaron también que los osos pardos pasaban de comer bayas a salmón cada vez más tarde cada temporada y que los osos negros asumen entonces el rol de principales dispersores de semillas.

El fruto en el tallo de un club del diablo está agrupado en un cono que contiene bayas. Los investigadores observaron a través de las grabaciones de la cámara que los osos pardos pueden tragar entre 350 y 400 bayas de un solo bocado. Las aves consumen una media de 76 bayas por planta. "Eso es bastante notable. Cuando los pájaros visitan estos arbustos, toman algunas bayas y salen volando. No arrancan los conos como un oso", apunta Levi.