Según el coordinador médico de MSF en Chad, Oscar Niragira, "después de una larga sequía, todo el mundo estaba esperando la temporada de lluvias, pero este año las lluvias llegaron temprano y fueron más pesadas de lo esperado".

Las lluvias torrenciales han arrastrado muchos cultivos recién plantados, con lo que muchas personas han perdido los alimentos que iban a comer, los productos que iban a vender para comprar otros bienes y las semillas para la próxima cosecha.

Además, MSF señala que las inundaciones han cortado el acceso de muchas personas a los centros de salud y prevé que en las próximas semanas habrá más síntomas de desnutrición, malaria, parasitosis, infecciones de piel y enfermedades diarreicas.