Hallan los fósiles de un oso primitivo aficionado al dulce en el Ártico canadiense
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Un equipo de cinco científicos de Canadá y Estados Unidos han identificado los restos fósiles de hace 3,5 millones de años de un pariente cercano a los osos modernos en la parte alta del Ártico canadiense, con la particularidad de que era un goloso porque tenía caries en los dientes.
Los investigadores han publicado su trabajo en la revista ‘Scientific Reports’, donde identifican al oso como ‘Protarctos abstrusus’, que anteriormente seólo se conocía de un diente hallado en Idaho (Estados Unidos). El animal era un poco más pequeño que un oso negro moderno, con la cabeza más plana y una combinación de caracteres dentales primitivos y avanzados.
“Esto es una evidencia del registro más septentrional de los osos primitivos y proporciona una idea de cómo podría haber sido el antepasado de los osos modernos”, apunta Xiaoming Wang, autor principal del estudio y jefe de Paleontología de Vertebrados en el Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles (Estados Unidos”.
Este investigador considera “interesante” la presencia de caries dental, que muestra que “las infecciones orales tienen una larga historia evolutiva en los anbimales, lo que nos puede informar sobre su dieta azucarada, presumiblemente de bayas”. “Éste es el primero y más temprano caso documentado de una dieta alta en calorías en los osos, probablemente relacionado con el almacenamiento de grasa como preparación para los duros inviernos del Ártico”, añade.
El equipo de investigadores estudió huesos recuperados del cráneo, las mandíbulas y los dientes, así como partes del esqueleto de dos individuos. Los huesos fueron descubiertos durante un periodo de 20 años por científicos del Museo Canadiense de la Naturaleza en la isla de Ellesmere, que es la que está más al norte del Ártico canadiense. Concretamente, aparecieron en un sitio conocido como Beaver Pond. Los depósitos de turba incluyen plantas fosilizadas indicativas de un bosque húmedo de tipo boreal, así como otros fósiles de peces, castores, pequeños carnívoros y un caballo de tres dedos.
“Es un hallazgo significativo, en parte porque todos los otros fósiles antiguos de osos ursinos, incluso algunas especies de oso modernos como el oso perezoso y el oso solar, están asociados con hábitats más suaves de latitudes más bajas”, explica Natalia Rybczynski, paleontóloga del Museo Canadiense de la Naturaleza.
Esta investigadora indica que los fósiles de Ellesmere sugieren que “la capacidad de explotar los bosques más hostiles y más septentrionales del planeta no es una innovación de los osos pardos y los osos negros modernos, sino que puede haber caracterizado al linaje ursino desde su comienzo”.
"Sabemos que los osos modernos consumen frutas azucaradas en el otoño para promover la acumulación de grasa que permite la supervivencia invernal a través de la hibernación. Las cavidades dentales en ‘Protarctos’ sugieren el consumo de alimentos ricos en azúcar como las bayas como preparación para la hibernación invernal, desarrollada tempranamente en la evolución de los osos como estrategia de supervivencia", concluye Rybczynski.
(SERVIMEDIA)
18 Dic 2017
MGR/gja