“A pesar de los crecientes esfuerzos para trasladar a personas refugiadas al continente, las instalaciones de recepción en las islas siguen estando peligrosamente superpobladas y muchas familias comparten tiendas sin calefacción a las puertas del invierno”, denunciaron los activistas. Y es que, según su informe, existen “largas demoras” en el procedimiento de asilo.

A ello se le suma “una notable escasez de personal médico y legal” que pone en riesgo la salud de los refugiados, según Oxfam. “Los niños y niñas no acompañados pasan cada vez más noches en celdas de la policía, en alojamientos inadecuados o en las calles debido a la escasez de refugios seguros”, denunció la ONG.

En este sentido, la rama española de Oxfam Intermón apeló al Gobierno de Mariano Rajoy para que asuma sus “responsabilidades”, aunque según el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, el Ejecutivo no acoge más refugiados porque no hay "expedientes que tramitar".

“El Gobierno debe exigir que se elimine la cláusula de restricción geográfica resultado de la Declaración UE-Turquía por el cual las personas deben permanecer en las islas a pesar de las condiciones existentes”, afirmó la organización humanitaria, que también pide agilizar los procedimientos para posibilitar la reunificación familiar y aumentar las reubicaciones.

Para la directora nacional del Comité Internacional de Rescate, Jana Frey, "la preocupación principal en este momento es la seguridad y el bienestar de los más de 3.000 niños que están sin su familia y solos en Grecia”, ya que sólo unos mil permanecen en refugios.

“Los demás están en lista de espera, lo que supone que puede haber cientos de niños durmiendo en las calles o en alojamientos sin condiciones. Estos niños corren un grave riesgo”, añadió.

A finales de julio de 2017, el Gobierno griego asumió el control de la gestión y la financiación de la respuesta en las islas griegas de manos de la división humanitaria de la Comisión Europea. Algunas agencias humanitarias se han reducido o retirado de las islas por completo, lo que genera, según las entidades humanitarias, “lagunas en los servicios vitales”.