Según la Fadsp, este riesgo se basa en el aumento de la demanda de asistencia sanitaria asociada “al incremento de las enfermedades crónicas y la pobreza por la crisis”, ya que “el paro afecta al 17% de la población mientras que la mitad de los asalariados gana menos de 950 euros al mes”.

Además, esta federación afirmó en un comunicado que otros factores de riesgo hay que buscarlos en “los recortes presupuestarios (en personal, farmacia, inversiones, etc.) aplicados por el Gobierno para alcanzar la estabilidad presupuestaria impuesta por la Unión Europea; el aumento de la Concertación con el sector privado que creció un 42% y la aprobación y financiación de medicamentos de alto coste y resultados inciertos, entre otros”.

Por ello, la Fadsp ha propuesto que el nuevo modelo debería garantizar la suficiencia financiera y la equidad fiscal entre las Comunidades Autónomas; incrementar los impuestos a los sectores económicamente más beneficiados “que apenas pagan impuestos”; crear una partida económica especifica en los Presupuestos del Estado destinada a compensar las diferencia de financiación entre CCAA y calcular las necesidades de gasto en base a las necesidades de salud (enfermedades prevalentes, mortalidad, discapacidad, determinantes medioambientales y diferencias de recursos sanitarios).

A estas propuestas se añade el control del crecimiento irracional del gasto farmacéutico y la necesidad de pasar de la actual estrategia orientada a la enfermedad y la curación a otra basada en la promoción, la prevención, la equidad y el cuidado a los crónicos.