Así lo señala Foment en un informe sobre el impacto de la salida de empresas de la región a raíz de la situación política. Durante la presentacion del mismo, desde Foment se incidió que la práctica totalidad de los analistas y centros de estudios y análisis económico coinciden en que si la incertidumbre y tensión política se mantiene en Cataluña tendrá consecuencias respecto al crecimiento de la economía en la región, con la contracción del PIB entre 3 décimas y 2,5 puntos porcentuales desde 2017 hasta 2019.

La patronal catalana cree que el traslado de sede social y en algunos casos también de la sede fiscal de empresas fuera de Cataluña desde la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre es un movimiento “sin precedentes” y con una “amplia incidencia en la economía catalana y española”.

Foment considera que la situación de conflicto ha generado un “daño reputacional” en la economía catalana de cara a atraer nuevas inversiones y, “a pesar de los grandes atractivos y cualidades” de esta comunidad, apunta que “será necesario disponer de un entorno de estabilidad institucional y política para revertir en los próximos meses la crisis de confianza”.

En esta línea, advierte de que los riesgos son más relevantes en el medio plazo, “en la medida que se pueda ver limitado el desarrollo de ciertos planes de inversión si el entorno de incertidumbre jurídica permanece” y, en este caso, alerta de un impacto negativo en la inversión y en el empleo.

Por ello, Foment reivindica una política económica “sensata” que se oriente a atraer y ayudar a que las grandes y medianas empresas estén presentes y “no a ahuyentarlas, ya que eso supone un empobrecimiento a medio plazo de nuestra economía en un entorno cada vez más competitivo”.

Además, señala que el boicot a productos y empresas catalanas puede tener efectos “temporales” y pide “mantener la serenidad política e institucional que evite ambientes propicios” a estas actitudes.