Así se pronunció el jefe de la diplomacia española, en el Pleno del Senado, en respuesta a una pregunta de la senadora del PP María José de Alba Castiñeira, acerca de la valoración que hace el Gobierno de los 40 años de pertenencia de España al Consejo de Europa.

El ministro afirmó que lo sucedido durante estos 40 años es “positivo” si se compara a la España de 1977 y a la de hoy. “Podemos ver a un país que ha cambiado a mejor y, en gran medida, por nuestra relación con el Consejo de Europa”.

A su juicio, este ha sido un factor que ha convertido a España en un país “pionero” en materia de derechos humanos. De hecho, llamó la atención sobre el hecho de que la entrada en el Consejo de Europa tuvo lugar incluso antes de que se aprobara la Constitución de 1978.

Esto le permitió presumir de que España ha contribuido a que el Consejo de Europa “avance” en materia de derechos humanos y haya impulsado acciones “positivas y demandadas” en materia de prevención de la violencia de género, los derechos humanos en biomedicina, la lucha antiterrorista y la ayuda a las víctimas, la protección del colectivo gitano, la lucha contra la explotación infantil y contra la xenofobia y el populismo.

También celebró que España sea el país que cuenta con menos condenas por habitante del Tribunal de Derechos Humanos, que sus tribunales tengan un “gran nivel” de cumplimiento de la jurisprudencia del Tribunal de Estrasburgo, que haya tenido un secretario general del Consejo de Europa, un comisario de derechos humanos y más de un presidente de su Asamblea Parlamentaria.

Por ello, aseveró que la pertenencia de España al Consejo de Europa ha convertido al país es “pionero” de los derechos humanos frente a “proyectos populistas y disgregadores”.