100.000 MILLONES MUEVE AL AÑO EL MERCADO DE FALSIFICACIONES EN ESPAÑA, SEGUN "CIUDADANO"
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Unos cien mil millones de pesetas mueve al año el mercado de las falsificaciones en España, según un informe que publica la revista "Ciudadano" en el número de enero.
Los profesionales del comercio elevan a unos trescientos mil millones de pesetas las pérdidas que esas prácticas ilegales y clandestinas provocanen las empresas españolas: en algunos casos, hasta un 20 por ciento de su mercado potencial.
El mismo estudio coloca en unos 60.000 millones de dólares el total que los productos falsificados alcanzan en el mercado internacional, con unas pérdidas de unos seiscientos mil millones de dólares para los empresarios.
No obstante, los autores del informe reconocen que esas cifras constituyen sólo una aproximación a la realildad, ya que es un mercado difícil de cuantificar, sobre todo por su condición d ilegal.
Soledad Rodríguez, secretaria general de Andema, el problema para valorar la incidencia real de las falsificaciones en el mercado radica en la diversidad de criterios y parámetros utilizados por las empresas para determinar las pérdidas, ya que unas las evalúan por cuota de mercado; otras, por número de unidades falsas, y algunas, por mercado potencial al que no se ha llegado.
Los focos que concentran las mayores falsificaciones coinciden con las áreas geográficas con una desarrollada acividad mercantil. Así, en Cataluña los delincuentes imitan mucho los textiles; en Valencia, le toca el turno a la marroquinería; en Baleares, la bisutería, etc.
Los principales países en el volumen de falsificaciones son Taiwan, Corea del Sur, Tailandia, Marruecos, Turquía e India. España ocupa el decimosegundo lugar en esa clasificción internacional.
LOS CONSEJOS
Los consejos más prácticos para prevenir falsificaciones y evitar que nos den "gato por libre" son, según "Ciudadano", comprar marca registradas, que asegura el derecho a protestar en el caso de ireegularidad en la compra; comprar en establecimientos autorizados; buscar en los objetos los logotipos correspondientes, y estudiar bien las etiquetas.
También hay que desconfiar de los precios demasiado bajos y de los establecimientos que quieren vender un producto como la segunda marca económica de la original.
Tampoco hay que precipitarse en buscar una marca determinada en un autoservicio, porque algunas imititaciones son muyu siilares al objeto original.
Asimismo, cuando se pretende adquirir una marca original, no hay que fiarse de los productos que venbden en los mercadillos y esquinas a bajo precio.
El informe concluye recononociendo que la compra de falsificaciones "puras" es, en muchos casos, difícil de prevenir, "ya que ni los propios fabricantes, a simple vista, las reconocen".
(SERVIMEDIA)
28 Dic 1991