El estudio, coordinado por el profesor Antonio Pérez Díaz, hace un repaso de la situación de los emigrantes que llegan a Extremadura en busca de trabajo y de los extremeños que salen fuera de la región por los mismo motivos.

El mayor número de temporeros extremeños, unos 3.000 según la obra, se desplazan desde la provincia de Badajoz a Huelva para participar en la recogida de la fresa en localidades como Lepe, Isla Cristina o Moguer, donde los patronos andaluces ya tienen organizada una red de interediarios para captar trabajadores.

En cuanto a los emigrantes extremeños que deciden emplearse en la hostelería, alrededor de 2.000, se dirigen principalmente a la Costa Brava y Baleares donde los salarios, según datos del estudio, están entorno a las 100.000 pesetas mensuales y en muchos casos con alojamiento y comida por cuenta de la empresa.

Otras zonas españolas y fuera del país que acogen a los temporeros extremeños son: Lérida, para la recogida de la fruta; Navarra, para los espárragos y LaRioja, para la patata. Menos de un millar acuden a Francia para la vendimia y a Suiza en la construcción, según estos datos de la Junta de Extremadura.