Un informe titulado "Salud y Viajes", dirigido por el doctor Manuel Corachán, señala que en los últimos tres años se han registrado un total de 112 casos en la Seccion de Medicina Tropical del Hospital Clínic de Barcelona, -uno de los pocos centros en nuestro país donde se tratan estas enfermedades-, lo que supone un promedio de 3,7 casos al mes.

Estimaciones realizadas en iversas clínicas de viajeros indican que el 45 por ciento de las personas que viajan padece algún problema de salud.

Entre las enfermedades más frecuentes de los turistas destaca la diarrea, ya que entre el 20 y 60 por ciento de los que viajan a países subdesarrollados la adquieren. Cabe destacar también el cólera, extendida en los países sudamericanos y centroamericanos; las fiebres tifoidea y amarilla, la peste, la rabia o intoxicaciones por insectos.

Sin embargo, una de las más preocupantes esel paludismo, una enfermedad que no sólo no está en regresión, sino que se expande y que hoy está presente en más de 100 países, predominando en todo el Africa subsahariana, cuenca del Amazonas, costas del Pacífico, India y Sudeste Asiático (especialmente en Kampuchea, Laos, Vietnam y áreas muy concretas de Tailandia), explica el citado estudio.

Esta enfermedad se adquiere por la picadura del mosquito "anopheles", que puede llegar a inocular cuatro tipo de parásitos distintos. Lo más normal es que la nfermedad no sea muy grave, aunque no esté exenta de molestias por fiebre elevada, y puede incluso provocar paludismo cerebral.

El riesgo de contraer el paludismo difiere dentro de las zonas geográficas donde se supone endémico, ya que varía según su intensidad. Así, es mayor el riesgo en Africa Occidental que en los países de la cuenca del Amazonas y que en el Sudeste Asiático.

ENFERMEDAD CURABLE

Siempre que no retrasen el diagnóstico, se especifique el tipo de parásito que lo ha producido y ls médicos establezca un tratamiento adecuado, el paludismo es una enfermedad curable, señala el estudio.

El problema que plantea el paludismo es que no existe ninguna vacuna ni medicamentos que aseguren una prevención al 100 por ciento, aunque la posibilidad de adquirirlo será menor si se toma una medicación adecuada antes de emprender el viaje.

Por lo general, suelen aconsejarse tratamientos a base de "quinina", para iniciar unas semanas antes del viaje y se prolongan de 4 a 6 semanas.

Los specialistas insisten en que los pacientes deben mantener el tratamiento, recomendación que pocos viajeros cumplen, ya que cifras del hospital Clínic de Barcelona indican que de 230 casos tratados, más del 50 por ciento abandonaron la medicación antes de la fecha indicada.