Hasta los 40 años son más los hombres que las mujeres que opinan que sus dificultades constituyen discapacidad, refiriendo los primeros problemas sensoriales con mayor frecuencia, y las segundas limitaciones motrices.

A partir de los 60 años la mayoría de los encuestados atribuía sus limitaciones más al envejecimiento que a una discapacidad.

Los problemas para caminar, subir la escalera, hablar o escuchar son los que con mayor frecuencia los encuestados consideraron como discapacidad.

Por regiones los habitantes de los departamentos de Isla de Francia (París) la Guayana francesa y las islas de Guadalupe y la Reunión eran los que menos a menudo se definían como discapacitados, y los que más los de Languedoc-Rousillon, al sureste de Francia.