El trabajo del IEF, plasmado en un documento titulado "La muestra de declarantes de IRPF de 2002: Descripción General y Principales Magnitudes", al que tuvo acceso Servimedia, se basó en una muestra de más de 900.000 declarantes del Impuesto de la Renta en el territorio fiscal común (excluido País Vasco y Navarra).

De acuerdo con esas declaraciones, el 10% de contribuyentes más favorecido logra una porción del 31% de la riqueza anual, mientras que el 60% más pobre se tiene que conformar prácticamente con lo mismo, el 32%. Lo que podría considerarse como la clase media, el 30% de contribuyentes que queda entre ambos grupos, obtiene el 37% restante de la 'tarta' anual.

Según el IEF, el 10% de contribuyentes más acaudalados declaró un ingreso medio de 57.351,14 euros, mientras que el 10% de ingresos más bajos sólo había ganado 763,48 euros. Esta cifra, extremadamente modesta, se explica en parte porque en este tramo de renta se incluyen, entre otros colectivos, quienes sólo trabajaron una parte del ejercicio fiscal.

Sin embargo, los contribuyentes de la segunda decila más baja de ingresos también están en unos niveles de renta muy modestos, ya que declararon una media de 4.268 euros (cifra inferior al salario mínimo interprofesional del ejercicio); la tercera decila sube a una media de 6.629 euros; la cuarta, a 8.799; la quinta, a 10.932; la sexta, a 13.311; la séptima, a 16.376; la octava, a 20.474; la novena, a 26.540; y la décima, a los referidos 57.351,14 euros.

Estas disparidades de ingresos dan lugar al siguiente reparto de la renta total: el 10% más pobre gana sólo un 2% de la renta; el siguiente tramo un 4%; el tercero, un 5%; el cuarto, un 6%; el quinto, un 7%; el sexto, un 8%; el séptimo, un 10%; el octavo, un 12%; el noveno, un 15%, y el décimo un 31%.

Según el documento del IEF, "el dato más llamativo es que la decila más rica percibe casi un tercio de la renta total, y que esta proporción coincide con la que perciben las seis decilas más pobres y con la que perciben las tres restantes".

"Es decir", resumen sumariamente los expertos del IEF en términos menos técnicos y fácilmente comprensibles para el lego en fiscalidad, "el 10% más rico de la población declarante percibe la misma renta que el 60% más pobre y que el 30% situado entre unos y otros".

LO REALMENTE PAGADO

La investigación del IEF averigua también qué proporción de los ingresos se pagan realmente en el IRPF. Para ello, calcula el tipo medio efectivo real, que es el cociente entre la cuota líquida a pagar y la renta antes de impuestos, lo que permite ver todo el impacto de las deducciones y minoraciones de la base imponible.

El resultado es que el tipo efectivo medio va del 4,29% para los contribuyentes más pobres al 22,77% para los más ricos. La segunda decila que menos gana está sujeta a un tipo del 3,12%, la tercera al 4,76%, la cuarta al 6,04%, la quinta al 7,19%, la sexta al 8,62%, la séptima al 10,41%, la octava al 13,15% y la novena al 15,82%.

Por otra parte, el informe, tras apuntar que las ganancias por actividades empresariales, patrimoniales y de capital declaradas por el 10% más rico son sustancialmente mayores que la del resto de contribuyentes, subraya "la bien conocida preponderancia de las rentas del trabajo en el IRPF español, que representan en torno a un 80% del total de rentas" declaradas.

En cuanto al importe declarado por tipo de renta, los ingresos más altos son los declarados por rendimientos de actividades económicas en estimación directa normal, 19.980 euros de media, "lo que es bastante lógico", señala el IEF, "teniendo en cuenta que este método de estimación, idéntico al del Impuesto de Sociedades, es el único que pueden utilizar los empresarios y profesionales con cifra de negocios mayores de 600.000 euros.

"La segunda cifra", añade el informe, "es la de los rendimientos del trabajo, que con casi 17.000 euros de media supera claramente al resto de actividades económicas, es decir, la estimación directa simplificada y las estimaciones objetiva para actividades no agrícolas (que presentan una media en torno a 10.000 euros) y la estimación objetiva para actividades agrícolas, ganaderas y forestales (que está alrededor de 3.500 euros). El resto de las cifras se encuentran en valores entre los 900 euros del capital mobiliario y los 6.000 de las ganancias patrimoniales producidas en más de un año".

En todo caso, es indudable que el IRPF tiene un apreciable efecto redistributivo. Uno de los indicadores empleados por el IEF para medir el grado de igualdad en la distribución de la renta, el Indice de Gini, pasa de 0,410963 antes del IRPF al 0,363474 después. Este índice va de cero a 1, siendo cero la absoluta igualdad (todo el mundo tiene exactamente los mismos ingresos)y 1 la absoluta desigualdad (una sola persona lo tiene todo y el resto nada).

El informe "La muestra de declarantes del IRPF de 2002: Descripción General y Principales Magnitudes" es el resultado de una serie de iniciativas emprendidas por el IEF hace un año, trabajando conjuntamente con la Agencia Tributaria.