De "pataleta", "rabieta" y "cabezonería" han calificado los grupos de la oposición la actitud del alcalde de Zaragoza, el socialista Antonio González Triviño, al decidir que Zaragoza no tendrá su día en la Expo.

La participación de a capital aragonesa estaba prevista para los días 30 de septiembre y 1 de octubre y contaba con un presupuesto que oscilaba entre los 25 y los 30 millones de pesetas, pero el alcalde y su equipo de Gobierno se han encontrado con la oposición unánime del resto de grupos a la iniciativa por su elevado costo, un coste que las arcas municipales no están en condiciones de asumir, tal y como explicaba el portavoz de Izquierda Unida en el consistorio zaragozano, Ricardo Berdié: "A nosotros nos parece positivo queZaragoza esté en cualquier sitio de España o del mundo, que tenga una importancia como la que pueda ser la Expo, pero laposibilidad no lo permite. Hacerlo supondrá que se dejen de hacer otras cosas que son necesarias en la localidad, allá cada cual con su responsabilidad".

Según han declarado algunos representantes socialistas en el consistorio zaragozano, puede sorprender la postura del Partido Aragonés y del Partido Popular, grupos a los que también les resulta caro el presupuesto, cuando precisamnte han apoyado con sus votos las inversiones en la construcción del pabellón aragonés, casi 3.000 millones de pesetas. El concejal del Partido Aragonés Antonio Aísa justifica su voto en contra diciendo que "una cosa es la imagen de Aragón ante el mundo y otra que con dinero de los zaragozanos tengamos que sufragar este tipo de gastos para un día de Zaragoza en la Expo 92".

Fuentes del grupo municipal socialista consideran que quizá el consejerose olvida de que los zaragozanos también han contribuid a la representación de Aragón en la Expo 92.

Antonio González Triviño ha abandonado el proyecto ante las duras críticas, el cual se ha retirado del orden del día del Pleno celebrado hoy, pero ha dejado claro que Zaragoza es la quinta ciudad de España y que la oportunidad de darla a conocer fuera de nuestra fronteras a través de la Expo es ya irrepetible: "¿Cuántas oportunidades va a haber durante dos días para hablar de esta ciudad en un marco que tiene una incidencia universal o mundial?, ¿cuántas vces?, creo que muy poquitas".

El objetivo del alcalde era "seguir haciendo Zaragoza, generar expectativas, que nos conozca la gente, generar inversiones. Pero no se puede, qué vamos a hacer, yo tengo quince votos y necesito dieciséis para que salgan las cosas adelante".