Cuando se cumple un año de esa victoria electoral del PSOE, Zaplana esbozó en rueda de prensa un oscuro panorama político que sintetizó en ese incumplimiento generalizado, "bien es cierto que no pensaba gobernar" cuando se redactó ese programa.

De estos once meses de gestión, Zaplana subrayó la "gran inestabilidad institucional" provocada por los anuncios de reforma del Gobierno.

Esta inestabilidad, y otros debates como el de la utilización de las lenguas cooficiales en el Congreso de los Diputados se debe, en su opinión, a la "dependencia absoluta" del Gobierno respecto de los grupos nacionalistas.

Además, señaló la "pérdida de peso" de España en el escenario internacional, con una "dilapidación en muy poco tiempo" del patrimonio logrado en años anteriores. Ahora, concluyó con ironía, "las visitas ilustres" son las del presidente de Venezuela o el canciller de Cuba.