ZAPLANA ESTUVO TRES HORAS ATRAPADO EN BARAJAS CUANDO VIAJABA A UN MITIN DE AZNAR EN VALENCIA

VALENCIA
SERVIMEDIA

El presidente de la Generalitat de Valencia, Eduardo Zaplana, fue una de las víctimas de los retrasos sistemáticos que se producen en el aeropuerto de Barajas desde principios de abril. El vuelo 0330 de Ibria, que debió despegar ayer viernes a las 20:10, salió de Barajas a las 23:20, tras un rosario de iracundas protestas de los usuarios.

Zaplana, que pretendía coger un vuelo para participar hoy sábado en un mitin de José María Aznar para los mayores, aguardó las horas de retraso en la Sala de Autoridades del Aeropuerto de Barajas antes de su traslado hasta el avión, donde tuvo que esperar otros 40 minutos más.

Lo que Zaplana no pudo ver fue como el resto del pasaje hacía cola en la puerta de embaque durante 45 minutos sin recibir información alguna del personal de tierra de Iberia y mientras en el panel de información del Aeropuerto constaba que el aparato estaba en vuelo desde las 20:10. Eran las 20:30.

La primera información a través de megafonía llegaba un cuarto de hora más tarde e indicaba que hasta las 21:45 no despegaría el vuelo. Los pasajeros, desanimados, se desperdigaron por las cafeterías y los bancos.

Poco más tarde, se les avisaba de que podían pasar por una de las cafeterís del aeropuerto, sin más información. La indignación comezaba a hacer mella entre los clientes de Iberia. El personal de tierra de la compañía pública había desaparecido, e incluso la referencia del vuelo 0330 con destino a Valencia no figuraba en los paneles informativos.

Los más del 200 pasajeros se agolparon en el mostrador de informacion de Iberia. Pidieron el libro de reclamaciones, que no estaba allí, la devolución del importe del billete y explicaciones, sobre todo explicaciones de las causas el retraso.

Entre el barullo se oyeron voces pidiendo la dimisión del ministro Arias Salgado e incluso del presidente del Gobierno, José María Aznar. Ante el conato de rebelión, la megafonía anunció el embarque inmediato. Media hora de espera en el autobús encargado de trasladar a los pasajeros hasta el avión y otra media en el aparato completaron la odisea.

Sólo a los diez minutos de estar en vuelo, el pasaje supo que el retraso se había producido a causa de una avería en el avión destinado a haer el trayecto y que Iberia había que tenido que preparar deprisa y corriendo otro aparato que se encontraba de reserva en los hangares.

(SERVIMEDIA)
08 Mayo 1999
SGR