Sin aludir a ETA en ningún momento de su breve discurso, el presidente sí afirmó que "vamos a ver un país en paz, cada día más libre y con respeto a cada uno de los ciudadanos".

Según Rodríguez Zapatero, sólo desde la convivencia y el respeto entre los pueblos y las culturas se puede construir algo positivo para España y para el mundo.

En una tribuna improvisada para conmemorar el segundo aniversario del 14-M y de paso inaugurar las obras de remodelación de la sede socialista, Zapatero dedicó una especial mención al papel de las mujeres, a las que agradeció, en la persona de María Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta del Gobierno, que le flanqueaba en la tribuna, su buen hacer para la consecución del proyecto socialista.

El jefe del Ejecutivo indicó que aunque "normalmente las efemérides tienen riesgo de convertirse en un ejercicio de autocomplacencia", esta ocasión debe servir para "poner la mirada en lo más relevante".

"Hoy", apuntó, "recordar la victoria del 14-M es hacer un gran acto de agradecimiento a los ciudadanos, al pueblo español, que hace dos años apostó por las reformas (...) Son aquellos ciudadanos los que están apoyando estas reformas, son los auténticos protagonistas. Son ellos los que impulsan y dan la fuerza necesaria para mejorar las cosas".

A este respecto, dijo que en los próximos meses el Gobierno tiene dos retos de gran trascendencia, porque afectan a "la esencia de nuestra forma de pensar" y van a suponer un cambio profundo en el pueblo español: la ley de igualdad y la ley de dependencia.

Tras el acto se celebró un cóctel en la entrada de Ferraz, sede central del PSOE que ha sido sometida a una importante remodelación a través de unas obras que han durado nueve meses.

En el acto estuvieron presentes los integrantes de la plana mayor del partido, diputados, senadores y casi todos los miembros del Gobierno, en total unas doscientas personas. También asistió Alfonso Guerra, al que hicieron subir al estrado al inicio del acto entre lo aplausos de los asistentes.