Rodríguez Zapatero hizo hoy balance de ese primer año desde que el PSOE ganó las elecciones generales del 14 de marzo de 2004, en un acto "sencillo", según sus propias palabras, por el recuerdo a las víctimas de los atentados del 11-M.

El acto fue presentado por la actriz María Barranco, contó con la presencia de varios ministros y numerosos dirigentes y militantes socialistas, entre ellos Felipe González, y comenzó con un montaje de vídeo de intervenciones de Rodríguez Zapatero durante la campaña electoral, exponiendo algunos de sus grandes compromisos.

Sus primeras palabras fueron para recordar la "inmensa responsabilidad" que sintió al ver cumplida su convicción de victoria y para lanzar un mensaje a los electores que no se identifican con el PSOE.

"Algunos se sienten más representados por la oposición. Nosotros no nos sentimos oposición a ellos, sino que sentimos el más profundo respeto democrático, y así será hasta el último día de nuestro mandato, más allá del buen ganar y el buen perder o mal perder de unos y de otros", remachó.

VICTIMAS 11-M

Recordó a continuación a las víctimas del 11-M, de unos atentados muy cercanos en el tiempo a la victoria que hoy conmemoraban los socialistas.

Nunca serán olvidadas, dijo, "porque forman parte de nosotros y a ellos nos debemos". "Ni nosotros ni la sociedad española va a olvidar nunca el sufrimiento, las vidas arrebatadas, el dolor de las familias, el deber contraído, el deber de apoyarlas, de estar cerca cada día. A ese deber os convoco, y a ese recuerdo para siempre", dijo a los suyos.

La noche de la victoria, recordó Rodríguez Zapatero, el sentimiento de los socialistas era "de dolor" por lo que había sucedido apenas unos días antes, pero también "de esperanza", por la convicción de que "un tiempo nuevo para la convivencia, para el progreso social, la igualdad y de la cohesión de España se abría paso de manera irreflexible".

En virtud de la premisa según la cual cada tiempo político se define por unas pocas palabras, él señaló "paz, ciudadanía y talante" como señas de identidad de este primer año. "Van a definir todo el mandato", aseguró después.

En la paz incluyó "la de los españoles consigo mismos", también la defensa de la paz y la legalidad internacional en el exterior, unos principios que eran demandados por una mayoría y que, en su opinión, se han satisfecho.

Ahora, España está "cerca de todos y lejos de nadie", porque ha vuelto al núcleo de Europa para desde ahí extender los valores en los que creen los españoles.

En el capítulo de "ciudadanía", que definió como "extensión de derechos, el mayor potencial de inclusión de toda una comunidad", el presidente desgranó las medidas aprobadas por su Gobierno para acercar la igualdad entre ciudadanos, comenzando por la ley integral contra los malos tratos y la paridad del Gabinete, punto en el que se permitió comentar "la elegancia" con la que las ministras han soportado "las críticas machistas que han tenido".

Especial mención mereció para el presidente la aprobación de la legislación que permitirá el matrimonio entre personas del mismo sexo y que, aseguró, se abrirá paso en los países avanzados, porque la moral es personal y respetable, "pero la ley es para todos".

DEPENDENCIA

Próximos retos en este ámbito serán la Ley de Igualdad y la de Dependencia, para dar autonomía a todas las personas que no pueden valerse por sí mismas y respaldar también a sus familias.

"Haciendo los deberes que otros no habían hecho durante muchos años", dijo, se aprobó la entrada en vigor de Kioto y un plan de acceso a la vivienda. La prioridad en 2006, anunció, será el respaldo a la investigación, porque España "también tiene derecho a la ciencia y al saber".

En el talante, "que buena falta hacía", subrayó el diálogo que el Gobierno, y él personalmente, ha tenido "con todos", partidos, presidentes autonómicos, organizaciones sociales de todo tipo, conscientes de que "otros pueden tener razón" y que la esencia de la democracia es escuchar.

"Nadie puede negar que he hablado con todos, no voy a hacer comparaciones", dijo Rodríguez Zapatero, que lanzó en este punto un mensaje a quienes critican su apertura.

"El reconocimiento de la diversidad es lo que más fortalece a un proyecto común", aseguró, por lo que el diálogo será "mejorado" en lo que queda de legislatura.

Rodríguez Zapatero concluyó su intervención con un mensaje a los jóvenes, "a esos que me vigilan cada día y me recuerdan el 'no nos falles'" de la noche electoral. A todos ellos les pidió "que sigan siendo exigentes con el proyecto por el que nos dieron su apoyo y que mantengan firmes sus valores de paz, de convivencia y de solidaridad".

Este es tiempo de recordar, advirtió a los suyos, pero, sobre todo, de "rendir cuentas" de la gestión realizada, algo que el PSOE y el Gobierno harán durante todo el mes de abril, en el que se cumplirá un año de su toma de posesión.

Ahora toca, les dijo, "escuchar críticas", algo que los socialistas saben hacer como muestra el hecho, concluyó, de que en estos once meses han sido capaces "de rectificar errores y de pedir excusas".