Rodríguez Zapatero se enzarzó durante la sesión de control al Gobierno con el líder de la oposición, Mariano Rajoy, después de que éste le acusara de poner en marcha la modificación de la Constitución para tapar su falta de ideas.

El jefe del Ejecutivo lamentó la oposición del PP a las reformas territoriales y advirtió a Rajoy de que a "las fuerzas políticas que se niegan a las reformas, normalmente les reforman los ciudadanos en las urnas".

Zapatero respaldó al presidente del Consejo de Estado, Francisco Rubio Llorente, de quien destacó su "acreditada trayectoria" y su "libertad de criterio" para proponer ideas al Gobierno en la reforma constitucional.

Por su parte, Rajoy recordó a Zapatero que debería ser él, como presidente del Gobierno, "y no el señor Rubio Llorente", quien tome la iniciativa, por lo que le instó a retirar la consulta enviada al Consejo de Estado.

"No sé si es malo tener alergia a las reformas, pero desde luego tener alergia a los conocimientos siendo presidente del Gobierno es demoledor. Un presidente del Gobierno debe tener al menos una cierta idea de España y contarla", dijo.

El presidente del PP pidió a Rodríguez Zapatero que fije "cuál es su criterio y cuál es su opinión" sobre la reforma constitucional, en lugar de "consultar a comités de sabios para luego no hacer nada".

Asimismo, replicó a Zapatero que el Consejo de Estado "no está para suplir ni su falta de ideas ni su ausencia de convicciones", y le advirtió de que con "declaraciones arcangélicas no se vive permanentemente".

LA ORGIA "NO ES PARA TANTO"

El choque dialéctico entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición se produjo cuando Rodríguez Zapatero sacó a relucir unas declaraciones del presidente del PP en las que calificaba la política exterior del Ejecutivo de "orgía permanente".

Zapatero adujo irónicamente, entre el griterío de los diputados socialistas y populares, que "no es para tanto", e invitó al presidente del PP a comprobarlo en un futuro cuando se produzca un viaje al extranjero.

En este punto, el presidente del Congreso, Manuel Marín, tuvo que interrumpir la sesión de control en varias ocasiones para pedir silencio. Incluso, llegó a llamar al orden al portavoz adjunto del Grupo Popular, Vicente Martínez-Pujalte.

El portavoz del PP, Eduardo Zaplana, quedó insatisfecho con la respuesta de Zapatero y trató de tomar la palabra "por una cuestión de orden" para quejarse públicamente por la falta de concreción en la respuesta del presidente del Gobierno. Sin embargo, Marín se la denegó, ya que Zaplana fue incapaz de referir el artículo del Reglamento en el que basaba dicha cuestión de orden.

Zaplana compareció a continuación en rueda de prensa en los pasillos de la Cámara Baja para denunciar la "falta de respeto evidente" de Zapatero por no responder a las preguntas del líder de la oposición.

Asimismo, acusó al presidente del Gobierno de no responder "absolutamente a nada" de lo preguntado y de "escaparse" de manera "casi escandalosa" a las cuestiones orales que le plantea Mariano Rajoy.