Durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso, Rajoy sacó a relucir la desaceleración económica, la subida de los precios, el incremento del paro, el déficit exterior y los problemas "cada vez mayores" de las familias para hacer un balance negativo de los dos primeros meses de gobierno socialista.

"La sensación general es que aquí no se gobierna, que el Ejecutivo está desorientado, que da banzados y que no sabe lo que tiene que hacer", sentenció.

Zapatero presumió de haber tomado medidas para atender los problemas económicos de los ciudadanos, como la devolución de 400 euros para los trabajadores, que supone una inyección de crédito en la sociedad de unos 6.000 millones de euros.

También recordó el reciente acuerdo con los transportistas para ayudarles con el incremento del precio de los carburantes y las medidas aprobadas contra la crisis en el Consejo de Ministros y que deben ser debatidas en el Congreso.

Zapatero reprochó al PP que ahora pida medidas destinadas a solucionar los problemas de los ciudadanos cuando, a su llegada al Gobierno en 1996, se dedicó a "congelar" los sueldos de los funcionarios, las becas y las pensiones para tratar de salir de la crisis.

MEDIDAS PARA UNA "CRISIS PROFUNDA"

Rajoy le instó a gobernar, "en lugar de arremeter" contra la oposición, y le exigió que reconozca públicamente que España se enfrenta a una "crisis profunda" de la economía, que el país "no está preparado" por el endeudamiento que acumula y "que las cosas se pueden poner peor".

"Hay que tomar medidas y no es momento de cosmética y usted está en la cosmética hasta tal punto que el vicepresidente segundo ha reconocido que las medidas son más psicológicas que reales", añadió.

El líder del PP se comprometió a no criticar al Gobierno, sino a proponerle "ideas" para salir de la crisis. Entre otras, planteó reducir el gasto público, reducir los impuestos a las empresas y hacer reformas estructurales que surjan efecto a medio plazo.

Señaló que el Gobierno "empieza mal la legislatura" porque "se le ve muy despistado, todos los días cambia de previsiones y de diagnóstico y desprecia las iniciativas de los demás" partidos.

Zapatero, que en un par de ocasiones se vio interrumpido por el bullicio de los diputados populares, se mostró extrañado de que los populares se sigan comportando igual que la pasada legislatura pese a que hablan de "un nuevo tiempo y de diálogo".

"De momento, el Grupo Socialista se conforma con el respeto", apostilló antes de terminar su respuesta mostrándose "satisfecho" de seguir teniendo enfrente como líder de la oposición a Mariano Rajoy.