En un acto celebrado en el pabellón municipal "La fuente de San Luis", en Valencia, para presentar las candidaturas socialistas a las elecciones municipales y autonómicas en esta comunidad, Zapatero apostó por afrontar la política de inmigración "desde la legalidad y los derechos humanos".

"La inmigración es enormemente positiva para nuestro crecimiento económico, es necesaria para nuestro futuro", agregó. "Nunca estaremos cerca de los que sienten que está muy bien que cuiden a nuestros mayores, que trabajen en las obras y nos sirvan en los restaurantes, y a partir de ahí ya no existan como personas".

Agregó que España es un poís que "sabe lo que es el miedo al otro, que ha sufrido en sus carnes lo que es emigrar y trabajar fuera". "Un país que tiene eso en su piel tiene que dar ejemplo de comportamiento hacia los que vienen de fuera a buscar su futuro, su vida y su dignidad".

"Ese cambio que está viviendo nuestro país, con muchas personas que vienen de fuera, que se instalan en nuestros barrios y conviven con nosotros, como siempre que hay que cohesionar y hacer ciudadanía, exige política social, gasto en educación, sanidad y vivienda", explicó.

En este sentido, apostó por las políticas que propicien una "buena integración, una buena convivencia, y que nadie sienta que pierde con la gente que viene a trabajar a nuestro país. Este es el camino, es el rumbo", y no debe haber "ni debe haber ni fariseismo, ni hipocresía ni demagogia, no debemos admitirlo".

Denunció que "la derecha habla de regularización masiva", cuando "masiva fue la entrada de inmigrantes ilegales que estaban trabajando con su Gobierno, sin derechos, sin deberes, sin garantías, sin cotizar, en fraude. Y les daba exactamente igual".

"Aunque algunos crean que vale más alcanzar votos que defender valores, si algunos creen que con el discurso anti-inmigración van a arrancar algunos votos en nuestro país, conocen muy poco la madurez, la solidaridad y la ciudadanía" de los españoles, sentenció.