"Entiendo que su posición iba a ser ésta", dijo Rodríguez Zapatero a Erkoreka, "es comprensible, pero a las cosas hay que llamarlas por su nombre".

En todo caso, el presidente reiteró que por su parte siempre habrá disposición para el diálogo con el PNV, consciente de que las tribunas "a veces son un peligro" y ahora lo que se impone es un tiempo para la reflexión en el nacionalismo vasco.

Erkoreka le había preguntado gráficamente "quo vadis, Zapatero", y el presidente le respondió contundente. "El Partido Socialista sabe muy bien dónde va. Muchos estamos esperando ver a dónde va el PNV".

Es el PNV, dijo el presidente, el que tiene que preguntarse qué ha pasado en el País Vasco en los años de gobierno de Juan José Ibarretxe para que partidos con una "distancia tan grande" como PSE y PP se pongan de acuerdo para formar una alternativa.

Descontado el "respeto" por Ibarretxe y también por el PNV como partido y hacia sus dirigentes, el presidente recordó laspalabras del anterior lehendakari cuando afirmaba que quería negociar con el Gobierno lo mismo que había acordado con ETA, intentando con ello "justificar su proyecto de consulta" utilizando para ello el intento de ver el final de la violencia.

Al hablar de aquel proyecto "insólito" de consulta a los vascos, el presidente sentenció que de aquellos polvos vienen los actuales lodos.

"Lamento que su formación tenga que estar en esta actitud en el Congreso de los Diputados, pero los argumentos son los que todo el mundo intuye", sentenció.