Durante su intervención en el Fórum Europa, Rodríguez Zapatero comparó el paso dado por el Ejecutivo socialista con el que se produjo en 1986 cuando se aprobó la Ley General de Sanidad. La atención a la dependencia, dijo, "está llamada a tener, entre los ciudadanos, el mismo grado de aceptación" que la sanitaria.

El jefe del Ejecutivo emplazó a las comunidades autónomas a cooperar y colaborar en el desarrollo del Sistema Nacional de Dependencia, para el que el Gobierno aportará más de 12.000 millones de euros entre 2007 y 2015.

"Confío en que todos sepamos declinar", agregó, "el término solidaridad", con el fin de "ofrecer una vida en condiciones de igualdad y de dignidad a todos los ciudadanos".

Rodríguez Zapatero hizo de este modo un llamamiento a todas las comunidades autónomas, aunque con velada referencia a las gobernadas por el PP, a sumarse a la financiación del sistema. Hoy mismo el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, inicia los contactos con los gobiernos autonómicos.

En 2015, cuando el sistema esté en pleno desarrollo, tendrá un coste de "unos 9.000 millones de euros", un 1% del PIB. En la financiación, explicó el presidente, "participarán, junto al Estado, las comunidades y los usuarios, en función de su renta".

El número de beneficiarios superará los 1.350.000 y la ley "contribuirá a promover la conciliación entre vida personal y profesional, dinamizará la actividad económica a través de una mayor tasa de actividad, especialmente femenina, y generará nuevas fuentes de empleo".

Rodríguez Zapatero incidió en que la ley permitirá "rescatar del olvido y el silencio a miles de ciudadanos, mayoritariamente mujeres, que hasta ahora han abandonado todo proyecto de vida personal distinto al de dedicarla al cuidado y atención a dependientes de ellas: niños, ancianos, discapacitados, enfermos".