Zapatero, que llega esta noche (hora india) a Nueva Delhi, viaja acompañado sólo por el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, porque el titular de Industria, Jose Montilla, ha tenido que quedarse en Madrid "por razones obvias", afirman fuentes gubernamentales en clara referencia a su nominacion como candidato del PSC a la Presidencia de la Generalitat de Cataluña.

Mañana, lunes, el jefe del Ejecutivo español recibirá en su hotel de Delhi a diversos mandatarios políticos, clausurará un encuentro de empresarios indios y españoles, visitará en su residencia a Sonia Gandhi, líder del partido gubernamental y concluirá su jornada con una entrevista con el primer ministro indio Manmohan Singh, tras lo cual ambos comparecerán en rueda de prensa.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores firmará un acuerdo de diálogo político con el que se pretende, segun las fuentes españolas consultadas, establecer una periodicidad anual a los contactos entre ambos y que no sean sólo, como hasta ahora, contactos entre secretarios de Estado y directores generales.

Las mismas fuentes explican que desde que Felipe González visitara este país, en 1993, las relaciones seguían ralentizadas y "si España es la octava potencia del mundo, es muy difícil mantener con una sexta parte de la humanidad unas relaciones políticas y económicas tan pobres".

De hecho, en 2005, los 562 millones de euros que España exportó a la India representan tan sólo el 0,35% de todo lo que importa este gran país asiático, que asiste últimamente a las reuniones del G-8 y aspira a un sillón permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. En total, los intercambios entre ambos países, incluido el flujo financiero, no llegan a 2.116 millones de dolares.

Es por ello que, junto al acuerdo político que firmará Moratinos, el secretario de Estado de Industria, Pedro Mejía, firmará hoy lunes, un segundo acuerdo, para mejorar las relaciones de ciencia y tecnología entre India y España.

A diferencia de lo que ocurrió con el viaje a China, hace ahora un año, de lo que se trata en esta visita es de superar el "cortés desconocimiento mutuo" que ha presidido las relaciones. Por eso, en este viaje no hay grandes empresarios, como sí ocurriera en China, aunque en el seminario de mañana si estarán presentes, invitados por CEOE, representantes de Inditex, Banco Sabadell, Saneamientos Roca o laboratorios farmacéuticos.

NO HABRA VISTA AL TAJ MAHAL

Y el martes, antes de su llega a Bombay, donde anunciará la creación para 2007 de un instituto Cervantes en India (en la comitiva oficial viaja el director del mismo, Cesar Antonio Molina) con el objetivo de duplicar las diez cátedras de español que actualmente existen en otras tantas universidades indias, Zapatero hará una parada en Pune.

En esta pequeña ciudad, que dista tan sólo 200 km de la segunda metropoli india y verdadero pulmón empresarial y financiero del pais, el presidente visitará las factorías que las empresas de automocion TATA Ficosa y Rinder tienen en ella, e inaugurará las oficinas del Grupo Antolin.

Antes de partir para Espana en la misma noche del martes, Rodriguez Zapatero participará en un acto cultural en el que Oscar Pujol presentará el primer diccionario sanscrito-catalán. Luego, cenará en la alcaldía de la capital y dará por finalizado este viaje relámpago de menos de tres días al país que las propias fuentes oficiales españolas califican como primera democracia del planeta en número de habitantes.

Preguntadas las mismas fuentes el por qué de tan rápido periplo, admiten que las autoridades indias pretendían un programa más extenso, con viaje de Delhi a Agra (200 km) para ver una de las joyas arquitectónicas de la humanidad, el Taj Mahal, que el emperador Shahjaha orden construir en el siglo XVII en honor de su esposa, fallecida.

No obstante, recuerdan que las visitas oficiales se realizan también de acuerdo a la disponibilidad de tiempo del visitante y que se ha comprimido el programa porque no era necesario pasar un día más. Sin embargo, fuentes oficiales indias no ocultan cierto malestar y lo simbolizan en el no viaje de Zapatero al Taj Mahal, una visita "obligada" para un mandatario extranjero, advierten.