En rueda de prensa junto al presidente de Panamá, Martín Torrijos, el presidente respondió a las sugerencias sobre intervención que se han suscitado incluso desde las propias filas socialistas, para mantener el control español sobre una empresa estratégica.

Reiteró que tanto Repsol como sus accionistas de referencia son empresas privadas. "Si tienen problemas o hay cambios empresariales, debe haber respuestas empresariales", y ese es el marco que se debe respetar, "en primer lugar el Gobierno".

Apeló a continuación a "la sensatez y a la responsabilidad" para descartar que el Gobierno pueda o deba intervenir cada vez que una empresa importante haga un movimiento o tenga algún problema, y para descartar, en consecuencia, "que vaya a haber ninguna intervención pública o de toma de acciones" en este caso.

Otra cosa, precisó, es que el Gobierno defienda los intereses generales del país y también los de las empresas, de todas, como ha hecho "a menudo" con Repsol en los países donde tiene sus intereses, reservas o posibles yacimientos, como Venezuela, Bolivia o Brasil.

Eso se ha hecho y se seguirá haciendo, aseguró, pero nada tiene que ver con "dejarse llevar por una demagogia coyuntural y fácil" que sólo perjudicaría a los intereses de España y a los de las empresas.

Rodríguez Zapatero aprovechó esa reflexión para arremeter contra el PP y responder a su denuncia de que el Gobierno pretende permitir "que los rusos se lleven" el gas y el petróleo español.

Los recursos de Repsol, subrayó, están en países como Bolivia, Brasil o Libia, "porque desgraciadamente nosotros no tenemos ni petróleo ni gas". "¡Ojalá lo hubiera en León!", comentó con ironía.

CONFUSIONES

Por ello, añadió, la política exterior del Gobierno hacia algunos países de América Latina que tantas críticas ha recibido del PP se ha basado, entre otras cosas, en defender los intereses de empresas españolas, "sea Repsol o cualquier otra", y ese objetivo se ha perseguido "con firmeza y con inteligencia".

Algunas de esas críticas y advertencias del PP las achacó a que muchos opinan sin tener toda la información, algo que juzgó "lógico" pero que puede llevar a confusiones.

Por ejemplo, comentó, "a lo mejor" no es la empresa rusa la primera interesada en comprar las acciones de Repsol, sino que el interés inicial en llegar a ese acuerdo ha partido de empresarios españoles.

Ante las insistentes preguntas, reiteró que el Gobierno defenderá los intereses generales de España y de sus empresas, pero que la decisión es empresarial. Por eso, precisó, Pedro Solbes asegura que ese asunto nunca ha estado sobre su mesa.

El presidente negó que existan discrepancias en el Gobierno sobre este asunto, y aprovechó la pregunta para bromear con el titular del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, presente en la rueda de prensa, con el que dijo que sólo discrepa en lo referente al fútbol, y "me da la impresión de que este año uno va a sufrir más que otro".

El Gobierno, concluyó, confía en que Repsol "siga siendo una buena empresa, sólida", y para ello pidió "que todo el mundo tenga un poco de paciencia, de responsabilidad", y sea consciente de que los intereses de España están "en todos los continentes". "El Gobierno sabe muy bien lo que hace y las cosas, por cierto, saldrán bien", aseguró.