Rodríguez Zapatero se refirió a este asunto al responder a una pregunta del senador de Izquierda Unida Eduardo Cuenca durante la sesión de control al Gobierno en el Senado.

Cuenca expresó su preocupación por la financiación de este sistema y de otras políticas sociales ante el anuncio del Gobierno de reducir los impuestos y, por tanto, los ingresos del Estado. Un discurso, dijo, "más propio de gobiernos conservadores".

El presidente reconoció que ese sistema nacional de atención a la dependencia supondrá un esfuerzo financiero "importante" para las arcas públicas, que el Gobierno ha evaluado y que considera "perfectamente compatible" con la reforma fiscal prevista.

Esa reforma, explicó, tiene el doble objetivo de "aliviar" la carga fiscal de las rentas del trabajo y estimular la actividad económica de las empresas. Se mostró también convencido de que las medidas contra el fraude fiscal garantizará más recursos.

Además, subrayó, el sistema nacional de atención a la dependencia representará la creación de unos 200.000 puestos de trabajo, lo que generará una actividad "significativa" que reportará también ingresos adicionales al Estado.

Con todo ello, se mostró convencido de que se podrá ampliar el Estado del bienestar, mantener el superávit fiscal como "mejor señal de salud de la economía", y una política tributaria "más acorde con los tiempos en que vivimos" y que permita "más holgura" a trabajadores y empresas.

Cuenca reiteró sus temores sobre la imposibilidad de corregir déficits sociales que España arrastra respecto a la media de la Unión Europea, y el presidente recordó que en apenas dos años de gestión se ha desplegado "una agenda social notable".

El proyecto de ley de atención a la dependencia, dijo el presidente, llegará al Parlamento en dos semanas para comenzar su tramitación.