En varias conversaciones informales con periodistas, el presidente recuperó sus propias reflexiones en público de los últimos días sobre las posibles "tentaciones" del PP en esta materia.

A ellas atribuye, por ejemplo, el respaldo a la moción impulsada por la diputada de UPyD, Rosa Díez, en cuyo rechazo se plasmó la división del Congreso de los Diputados prácticamente en dos mitades.

Subraya que en la anterior legislatura el PP utilizó la lucha contra el terrorismo como parte fundamental de su estrategia política, pero no cree que ese sea el perfil esta vez.

El presidente reconoce su temor a que la polémica sobre los ayuntamientos de ANV sirva durante un tiempo de argumento del PP para cargar contra el Gobierno.

Reconoce también que si este partido realmente hubiera querido mantener ese asunto dentro de la unidad, podría haber consultado o simplemente comunicado previamente su intención de presentar una iniciativa en el Parlamento.

No obstante, de su boca no sale la palabra "desleal" para calificar la actitud del PP, que sí han empleado otros dirigentes socialistas en los últimos días.

De hecho, el presidente deja ver su deseo de quedarse, no con las palabras o actitudes de otros dirigentes del PP, sino con la del propio Mariano Rajoy, del que subraya que en ningún momento ha hablado de este asunto en el Parlamento.

Subraya el presidente que en la anterior legislatura era Rajoy el que continuamente hacía de la lucha contra el terrorismo el argumento central de sus preguntas en las sesiones de control, y no es eso no lo que está ocurriendo ahora.

Por ello, el presidente concluye que ese distanciamiento puede ser momentáneo, temporal, y no mermar la unidad de fondo que en los últimos meses parece existir entre el Gobierno y el principal partido de la oposición.