"La realidad autonómica es de diversidad y, en mi opinión, la diversidad de nuestro Estado es necesario tenerla en cuenta en la reforma de cualquier institución, en el desarrollo de la organización territorial del Estado y en la reforma del Senado", dijo el presidente.

Rodríguez Zapatero respondió, en la sesión de control al Gobierno del Senado, a una pregunta del portavoz popular, Pío García-Escudero, sobre las declaraciones del presidente de Castilla-La Mancha advirtiendo de las dificultades de reformar el Senado por el rechazo de algunas comunidades al "café para todos".

Después de asegurar que se tendrá en cuenta la diversidad del Estado, el presidente del Gobierno precisó que eso no es sinónimo de "privilegio", ni afecta "al principio esencial de un Estado, que representa la igualdad de derechos de los ciudadanos".

Entrando de lleno en la pregunta de García-Escudero, Rodríguez Zapatero aseguró que la reforma del Senado se iniciará cuando el Consejo de Estado ofrezca "distintas fórmulas" para cumplir la pretensión de que sea una Cámara de representación territorial.

Esta respuesta no satisfizo a García-Escudero, que denunció "el desconcierto" provocado por el Gobierno, incluso entre sus propias filas, como muestran, en su opinión, las declaraciones de algunos socialistas como Pasqual Maragall, Manuel Chaves o Felipe González.

García-Escudero criticó especialmente que el Gobierno haya pedido a un órgano consultivo "que le saque las castañas del fuego sobre cuestiones que son exclusivamente políticas", y se preguntó por qué las reformas estatutarias tienen que partir de los parlamentos autonómicos pero la constitucional nacerá del Consejo de Estado y no del Parlamento.

"Usted es el presidente del Gobierno de España, no es un trovador de discursos vacíos. Empiece a tomar decisiones responsables, decántese, concrete", le espetó al presidente.

Rodríguez Zapatero respondió a todas estas acusaciones denunciando la falta de argumentos del PP y detallando los distintos motivos esgrimidos por este partido para no poner en marcha la comisión bilateral con el PSOE.

El presidente recordó que en democracia los partidos designan a sus propios representantes en todo diálogo, rechazando así las peticiones del PP de "más nivel" en los delegados socialistas.

"Cuando alguien argumenta que no se sienta con unas personas designadas que representan a un partido, y en este caso al Gobierno, es que no quiere dialogar, y eso es lo que los ciudadanos van a entender con toda facilidad".

Aseguró, finalmente, que el Ejecutivo y el PSOE dialogarán con quien designe el PP en un proceso "racional, sosegado" y utilizado en muchos países democráticos para este tipo de reformas, como es la petición de opinión a un órgano consultivo "para que abra posibilidades".

Lo que se busca, explicó, es que la reforma no responda a los dictados del Gobierno, del PSOE ni de ningún otro partido, que no lleve "nombres ni apellidos, que sea de todos, porque así haremos la Constitución más fuerte".