ZAPATERO ASEGURA QUE LIDERAR EUSKADI SERIA UN PASO "DE GIGANTE" EN LA ESTABILIDAD TERRITORIAL DEL ESTADO
- Asegura que las reformas institucionales no son un riesgo, sino una oportunidad de proporcionar 25 años más de estabilidad territorial
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El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró hoy que el liderazgo en Euskadi sería "un nuevo paso de gigante" en el objetivo de reforzar la estabilidad territorial del Estado.
Rodríguez Zapatero intervino ante el Comité Federal del PSOE, su máximo órgano de dirección entre congresos, que tenía como principales puntos del orden del día el balance del primer año desde la victoria electoral y la ratificación de las candidaturas y el programa de los socialistas vascos para las elecciones autonómicas del próximo 17 de abril, que se hizo por unanimidad.
Después de una primera exposición abierta a los medios de comunicación, el debate se suscitó a puerta cerrada entre los miembros del Comité Federal, con una nueva intervención de cierre de Rodríguez Zapatero.
Según fuentes asistentes a la reunión, en esa intervención de cierre el presidente del Gobierno aseguró que las reformas territoriales no son un riesgo, sino una oportunidad de reforzar la estabilidad territorial. El objetivo último, precisó, es "dar otros 25 años de estabilidad territorial a los ciudadanos", que se sientan cómodos en el modelo de Estado.
Se refirió Rodríguez Zapatero a los dos próximos retos electorales, el País Vasco y Galicia, en los que el PSOE debe ser capaz, advirtió, de llevar adelante sus convicciones.
En el caso de Euskadi, que tendrá elecciones autonómicas el 17 de abril, ser fuerza determinante es liderar el cambio en esta comunidad autónoma. Si se consigue ese liderazgo, aseguró, se habrá dado "un nuevo paso de gigante" en ese gran objetivo de reforzar y consolidar la estabilidad territorial, un proceso en el que el PSOE, reiteró, parte de tres principios.
Esos principios parten de tres evidencias: que la unidad de un país es ante todo igualdad y respeto a los derechos de todos, que en España hay diversidad y diferencia y, por tanto, objetivos diferentes y todos ellos comprensibles, y que un país descentralizado tiene que tener capacidad para poder reformarse.
El Comité Federal de hoy respaldó al presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, en la crisis abierta por el derrumbe del Carmel al margen de los matices sobre cómo se entienden esas reformas territoriales.
En el debate a puerta cerrada no estaban ni Maragall ni el presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, en cuyo nombre habló Ramón Ropero, pero sí el alcalde de Barcelona y el conseller de la Generalitat Antoni Castells. Clos aseguró que una vez superada la crisis "del tres por ciento" los socialistas catalanes pueden centrarse de nuevo en el impulso al Estatuto que permita contribuir en la plasmación de la "España plural", y Castells aseguró que esa reforma se hará dentro de la Constitución.
Tanto Ropero como Luis Pizarro, en nombre de los andaluces, se mostraron de acuerdo con la línea marcada por el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, en su discurso en el día de esta comunidad, e hicieron hincapié en que las reformas territoriales deben estar regidas por el sentido común, la prudencia y la solidaridad, y deben preservarse la cohesión territorial, la solidaridad entre territorios y la igualdad entre ciudadanos.
El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, subrayó que cualquier modificación del modelo territorial debe provocar únicamente una mayor solidaridad e igualdad de las existentes. Recordó una frase de Norberto Bobbio para alertar de que "lo contrario de la igualdad es desigualdad, no diferencia", es decir, que se puede ser diferentes, pero no desiguales, y el papel del Estado es velar por esa igualdad.
(SERVIMEDIA)
12 Mar 2005
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