Así se desprende de su primera valoración de los resultados electorales en rueda de prensa tras la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal, en la que se analizaron los datos de forma detallada.

A la vista de la composición del Congreso de los Diputados, Rodríguez Zapatero cree posible establecer diálogo con "varios grupos", constatada la "modificación de la representación" de quienes en la legislatura pasada fueron aliados "preferentes, no exclusivos", es decir, Izquierda Unida y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).

Esas dos formaciones han visto muy mermada su representación e incluso han perdido el grupo parlamentario, y son CiU y PNV los grupos nacionalistas que contarán con mayor presencia en el Congreso.

Juzgó "prematuro" anticipar un escenario de alianza estable o acuerdos puntuales, pero avanzó que su principio será el diálogo con todos los grupos parlamentarios que no jueguen el papel de oposición.

Por ello, explicó que tiene intención de hablar con todos ellos en las próximas semanas para abordar el debate de investidura y el horizonte de la legislatura, pero sobre la base de la mayoría "suficiente, sólida" con la que cuenta el PSOE y que le permite llevar adelante su programa electoral.

Hablará también con el PP, aunque cree "prematuro" anunciar si llamará inmediatamente a Mariano Rajoy. Se negó en todo caso a valorar el futuro político del líder de la oposición y aseguró que su intención es abordar "problemas pendientes" como la renovación de órganos constitucionales.

Sobre el diálogo concreto en la lucha contra el terrorismo se muestra partidario de "esperar un poco, a ver cuáles son los primeros pasos" del PP, y avanza que la unidad es "extraordinariamente positiva", por lo que quiere escuchar a todos los grupos parlamentarios. Rodríguez Zapatero basa una parte de su mayoría en el "excelente" resultado obtenido por los socialistas en Cataluña, donde CiU se refuerza y ERC se hunde.

Con ese escenario muchos piensan en un posible acuerdo del PSOE con CiU, pero Rodríguez Zapatero descartó que los pactos en Madrid influyan en el escenario catalán. Expresó su respeto a lo que haga el presidente de la Generalitat, José Montilla, y utilizó la ironía para asegurar que él no condicionará pactos en Cataluña. "Ni estoy ni tengo ninguna intención de estar en el Parlamento de Cataluña", indicó.

EL VALOR POLÍTICO DEL PSE

Otra de las alianzas posibles del PSOE es con el PNV, que reduce su apoyo, pero contará con seis diputados y con cuyo presidente, Iñigo Urkullu, ya se ha constatado una voluntad de diálogo que se concretará en las próximas semanas.

También respecto al País Vasco, Rodríguez Zapatero celebró el "excelente" resultado de los socialistas, al que otorgó además un "altísimo valor político" y por el que felicitó al PSE por su valentía y coraje en unos días "muy difíciles" tras el asesinato de Isaías Carrasco.

De forma especial recordó a Sandra, la hija de Carrasco que, a sus veinte años, ha demostrado, dijo, "una madurez y una dignidad ejemplar".

Fortalecido el PSE en detrimento del PNV, Rodríguez Zapatero mantiene que el lehendakari "no puede" convocar su consulta porque no tiene competencia para ello, y asegura que lo seguirá hablando con él.

Los socialistas valoran también el "impresionante" resultado en Andalucía y, a pesar de que el PP crece considerablemente, dice Rodríguez Zapatero que la autocrítica corresponde "a quien pierde siempre".

Con el resultado digerido, el presidente electo advierte que se tomará "con calma" la formación de gobierno, porque esa tarea requiere "tomarse tiempo, hacerlo bien y hablar con algunas personas".

Lo que sí ve claro es la candidatura de José Bono para presidir el Congreso de los Diputados, respaldada por el partido mayoritario y, por tanto, la que tiene "más posibilidades" de salir adelante.

Del resultado, el PSOE subraya que ha obtenido el mayor número de votos de su historia en términos absolutos, más de once millones, y el tercer mejor resultado porcentual, el 44% al que espera llegar escrutado el voto exterior, con una representación "equilibrada" en el conjunto del territorio.

Con más votos y más escaños que en 2004, asegura que gobernará "mejor, con más humildad", y fortaleciendo la capacidad de diálogo en grandes objetivos, como el impulso a la economía, el empleo y las políticas sociales.

"Estoy muy contento", reconoció, ante los cuatro años que hay por delante de trabajo que espera que sea "sosegado para todos". El PSOE marcará la línea de Gobierno y será el PP el que marque la de oposición, apunta, y espera que lo haga sabiendo que al país le conviene "más diálogo y menos crispación, menos descalificaciones y más argumentos".