Durante un acto en la Agrupación Socialista del madrileño barrio de Tetuán, al cumplirse los seis meses de su elección como líder del partido, Rodríguez Zapatero prometió construir un proyecto que ponga a la gente "la carne de gallina", en contraste con un Gobierno que, según dijo, no es capaz siquiera de gestionar los problemas del día a día. "Estaremos tres años diciendo lo que pensamos, en la calle", remachó Zapatero, quien renovó su lealtad al Gobierno en cuestiones de Estado, como la lucha contra el terrorismo, pero sin renunciar al debate político en otros grandes problemas del país.

Zapatero repasó algunos de esos grandes problemas de actualidad y dijo que el tratamiento dado a la inmigración es un ejemplo del "desgobierno" al que está sometiendo el PP a los ciudadanos españoles.

El líder socialista propuso, entre otras cosa, que se ayude a El Salvador, asolado recientemente por un terremoto, permitiendo que vengan a trabajar a España entre 5.000 y 10.000 salvadoreños.

Respecto a las "vacas locas", Zapatero dijo que es cierto que se trata de un problema de ámbito europeo, pero la Administración del PP es responsable, a su juicio, de no haber previsto las infraestructuras necesarias para paliar la crisis en España, así como de caer en la irresponsabilidad de culpar de esas carencias a los Gobiernos de Felipe González.

Pese a sus críticas, Zapatero defendió su estilo de oposición tranquila asegurando que al Gobierno "no hay que darle caña, sino ejemplo". Se mostró convencido de que es posible ganar electoralmente para propiciar un cambio profundo en lo social y en lo cultural, y puntualizó que el cambio que propugna es tranquilo, "pero no lento ni superficial".

Zapatero señaló también que quiere que Madrid se convierta en la palanca de la nueva mayoría socialista, como ocurrió en los años ochenta, por lo que adelanó que volcará mucho más su actividad política en esta comunidad autónoma.