Poco antes de las cuatro de la tarde el presidente llegó al Congreso, donde multitud de parlamentarios y medios de comunicación aguardaban su llegada con gran expectación.

En la mente de todos estaba la posibilidad de que el presidente aprovechara la sesión de control para formular el esperado anuncio de comienzo de diálogo con ETA para iniciar el proceso de paz.

Ante las insistentes preguntas de los medios de comunicación a las puertas del hemiciclo, el presidente se limitó a pronunciar un escueto "calma, calma".

Desde su escaño respondió a las cuatro preguntas que le formularon otros tantos parlamentarios, y abandonó después el Palacio del Congreso sin hacer ninguna mención más, pese a que de nuevo los medios de comunicación intentaron interceptarle.

Ni siquiera respondió si regresaría más tarde al Congreso. Si no es así, sólo quedaría el jueves y el viernes, día en el que, en principio, no hay sesión plenaria, para esa esperada comparecencia.

Mañana jueves el Congreso convalidará un real decreto de ayudas a víctimas del terrorismo, una ocasión señalada en los últimos días como escenario posible para que el presidente tome la palabra.