Según informó este viernes el gobierno autonómico en nota de prensa, este programa supone un ejercicio de coordinación sociosanitaria que está permitiendo que, a través de convenios con las entidades responsables de la gestión de estos centros, los servicios de farmacia de los hospitales gallegos suministren los fármacos de las personas que viven en residencias de mayores o de discapacidad bajo la supervisión de un profesional farmacéutico que realiza el seguimiento farmacoterapéutico individualizado del paciente, garantizando la homogeneidad, la equidad y la seguridad de la prestación farmacéutica.

En este momento están adscritos a este programa el 33 % de los centros residenciales, que suponen el 52 % de las plazas existentes, y, con esta ampliación, se prevé poder llegar al 70 % de las plazas añadiendo 34 nuevos centros.

De esta forma, equiparara a las siete áreas sanitarias de almacenes y sistemas automatizados de corte y envasado de sólidos en formato unidosis que permitirán establecer un sistema de dispensación de la medicación en dosis unitarias, que garantice los procesos de preparación y dispensación, y permita la trazabilidad de todo el proceso.

919.600 EUROS PARA REENVASADORAS

En concreto, con una inversión de 919.600 euros, se destinarán a la compra de reenvasadoras automáticas para el Hospital Clínico Universitario de Santiago, Hospital Universitario de A Coruña, Hospital Arquitecto Marcide, Hospital Lucus Augusti, Hospital Público de A Mariña, Hospital Universitario de Ourense, Hospital Meixoeiro y Hospital Montecelo.

Igualmente, se dedicarán 707.850 euros a la adquisición de almacenes automatizados en carrusel vertical para el Hospital Meixoeiro, Hospital Universitario de Ourense, Hospital Lucus Augusti (2), Hospital Público de A Mariña (3), Hospital Arquitecto Marcide y Hospital Universitario de A Coruña. Además, el Sergas dotará al Hospital de Conxo de once unidades automatizadas de dispensación de medicamentos por valor de 798.600 euros.

Gracias a estas nuevas equipaciones, desde la Xunta explican que se logra una alta funcionalidad en la optimización de los recursos, ya que se trata de un sistema cerrado que dispensa únicamente las medicinas recetadas a cada paciente, eliminando gastos innecesarios y aumentando la seguridad al evitar errores en la dispensación. Además, libera al personal de tiempo de trabajo para poder concentrarse en la atención al paciente y posibilita de controlar en tiempo real los niveles de inventario. Así, la entrega está prevista en dos meses desde la formalización del contrato.