Según la Xunta, el retraso en algunos tramos de autovías es ya de un año sobre los plazos previstos y pone en peligro el objetivo, que es la puesta en funcionamiento de la mayoría de los tramos gallegos en el año 95.

Xosé Cuiña anunció que reclamará una reunión urgete, antes de fin de año, de la comisión de enlace integrada por el MOPTMA y el Gobierno gallego y constituida para seguir el convenio suscrito entre ambas administraciones con esta finalidad.

Según el consejero gallego, la culpa de la demora puede estar en las renegociaciones de los presupuestos de ejecución de las obras que están intentando algunos contratistas, que realizaron rebajas muy importantes para hacerse con las adjudicaciones.

Xosé Cuiña advirtió que "aunque el señor Borrell me diga a í que no me preocupe, que de las autopistas se preocupa él, yo sí tengo la obligación de preocuparme".

El consejero tampoco descartó realizar por su cuenta una segunda inspección en helicóptero, repitiendo una iniciativa por la que en su día fue criticado por el Gobierno central.