Los hechos se remontan al mes de octubre de 1993, cuando la encargada de una guardería infantil privada de la parroquia de Taragoña-Rianxo (La Coruña) observó que el pequeño presentab varios hematomas en las extremidades inferiores.

Después de comprobar que las lesiones no se habían producido en el interior de la guardería, la empleada puso los hechos en conocimiento de la Policía Municipal de Rianxo, que presentó denuncia por malos tratos en el Juzgado de Padrón, después de realizar las oportunas investigaciones.

El juez ordenó que el menor fuera reconocido por un forense y posteriormente acordó el ingreso de A.H.L. en un hogar infantil de la Xunta.