El INI vende el 20 por cien a la Xunta, con lo que su participación en Sodiga pasa del 51 por cien al 30 por cien, mientras la de la Xunta se eleva en la misma proporción, y pasa del 15 al 36 por cien.

El INI permanece en el accionariado, pero la gestión pasa al Gobierno regional, cuyo consejero de Economía, José Antonio Orza, lleva seis meses negociando con el INI el traspaso de esta competencia.

Sodiga es una de las sociedades de desarrollo industrial más importantes de país, con unos activos de 4.000 millones de pesetas. En 1993 obtuvo beneficios (entre dividendos y plusvalías) por razón de 145 millones de pesetas, desde los 160 del 92 y los 120 del 91.

Otros accionistas de la entidad son las cajas de ahorros gallegas, con un 23 por cien del capital, el BBV, con un 3 por cien y la Sociedad de Desarrollo de Bretaña, con un 2 por cien.

Las sociedades de desarrollo, siguiendo el esquema habitual en el sector de capital riesgo, se dedican a participar en el capita de empresas, siempre como socios minoritarios, que abandonan una vez la compañía se ha foralecido. Viven de los dividendos y de las plusvalías que obtienen de dichas compañías.

Existe una sociedad de desarrollo por comunidad autónoma. La mayoría de ellas nacieron tras la creación del estado de las autonomías, como instrumento de desarrollo regional. Sin embargo, prácticamente todos entraron en crisis, y el INI se vió obligado a reflotarlas.

Con la vuelta a los números negros, algunas autonomías retendieron recuperar el control, pero el INI se negaba a fraccionar un grupo que ya funcionaba con unidad de gestión.

Ahora, con la firma del acuerdo sobre Sodiga, se abre una nueva etapa, aunque no existen, por el momento, negociaciones en marcha con ninguna comunidad autónoma.