El liderazgo de Cuiña Crespo en la provincia de Pontevedra era desde hace tiempo indiscutible. En esta provincia fue presidente de la Diputación antes de acceder a la Xunta y ahora cuenta con respaldo de otro líder del partido en esta circunscripción, el consejero de Cultura, Víctor Manuel Vázquez Portomeñe.

Uno de los mayores peligros para Xosé Cuiña podría venir de Lugo, donde Francisco Cacharro, presidente de la Diputación y senador domina las estructuras del PP. Cacharro Pardo s decantó este mes también en favor de de Cuiña Crespo como mejor candidato a la sucesión. En declaraciones a una revista gallega afirmó que Cuiña se perfila como el sucesor de Fraga.

El último en pronunciarse de manera clara y contundente fue el presidente de la Diputación de Orense y hombre fuerte del PP en esta provincia, José Luis Baltar, quien después de un encuentro con Fraga anunció ayer que "al igual que el presidente de la diputación de Lugo, y no porque nos pusiéramos de acuerdo, apoyo la figra de Pepe Cuiña en estos momentos como sucesor".

Previamente, Baltar Pumar matizó que, "si Fraga sigue estando con este talante, salud y modo de actuar, vería bien que se prorrogue su mandato por el tiempo que sea, aunque de todas formas yo sé que, aunque se retirara, va a estar detrás de quien sea". Además, Cuiña cuenta con el apoyo del presidente del Parlamento gallego, Victorino Núñez, otro de los líderes del PP orensano.

De este modo, el otro aspirante cualificado a la sucesión de Fraga, Jos Manuel Romay Beccaría, queda aíslado a pesar de todo su peso político en la provincia de A Coruña y como consejero de Sanidad y Servicios Sociales.

Romay, desde hace más de un año, ha reiterado su deseo de que Fraga aspire a un mandato más a partir de 1997, cada vez que le era planteada la cuestión sucesoria, mientras que Xosé Cuiña no se ha privado de presentarse como el elegido y actuar como tal. En estos momentos, Romay tiene incluso problemas en La Coruña, provincia en la que preside el PP, con u líder crítico en Ferrol: el actual consejero de Industria de la Xunta, Juan Fernández.

Dentro de un año, si Manuel Fraga cumple con sus anuncios, nombrará un vicepresidente para preparar su relevo y, en 1997, no será el candidato del PP a la Xunta.