En un comunicado, esta ONG recordó que el barco "lleva siete meses hundido", aunque reconoce que "la respuesta contra la contaminación" por parte del Ministerio de Medio Ambiente fue "inmediata".

"Esta mole metálica, de más de 140 metros de eslora, constituye una fuente continua de contaminantes en el entorno del puerto de Ibiza", recuerda WWF/Adena.

Con independencia de la investigación que está llevando a cabo la Comisión Permanente de Investigación de Siniestros para esclarecer las circunstancias del hundimiento del buque, WWF/Adena reclama la aplicación de la nueva ley de Responsabilidad Medioambiental.

La ONG recordó que dicha ley obliga al responsable a la reparación de los daños al medio natural, así como a sufragar los costes con independencia de su cuantía. Así, como primera medida, WWF/Adena propone que la naviera Iscomar, propietaria del buque, lo reflote y, conjuntamente con el Ministerio de Medio Ambiente, "estudie la mejor manera de acometer la maniobra".

La organización considera que la presencia del pecio, a 50 metros de profundidad, está produciendo "un efecto negativo y constante en los hábitats marinos cercanos", hasta su oxidación total.

"Hay que actuar consecuentemente, reflotando el buque y restaurando el ecosistema marino, tal y como estaba el día de antes del hundimiento. Existen otros 'New Flame'", concluyó WWF/Adena.