La pregunta que Cañizares había registrado en la sesión de control en el Congreso era “a cuál de las tres partes del Gobierno representa”, dando a entender que una es el PSOE, otra Podemos y una tercera ella, IU y Catalunya en Comú. Pero comenzó reprochándola que haga “mítines dentro y fuera” de la Cámara, que “no sabemos cuál es su plan oculto ni su espacio político” ni “en calidad de qué recorre España” ni “qué significa Sumar”.

Seguidamente, preguntó si representa a los “apellidos compuestos” como Unidas Podemos, al viejo comunismo, a “los sanchistas”, a quienes redactan leyes que rebajan las condenas a agresores sexuales, a “los negacionistas de la ocupación de viviendas” o a los que “cambian unilateralmente” la política exterior de España sobre el Sahara y “sucumben al chantaje” de Marruecos; algunas de estas críticas corresponderían al PSOE y otras a UP.

En la misma línea, Cañizares preguntó si Díaz encarna a quienes “quieren abolir la prostitución pero la consumen”, que sería el PSOE, o a quienes “defienden narcodictaduras y aplauden a criminales”, en alusión a UP; si a los que apoyan el envío de armas a Ucrania o quienes lo critican, si a quienes insultan a los empresarios y persiguen penalmente a los supermercados o o ven legítimas sus acciones. “No sabemos si está en la extrema izquierda o en la izquierda extrema o en tierra de nadie”, conjeturó, para terminar con el refrán “quien mucho abarca poco aprieta”.

RESPUESTA Y RÉPLICA

La vicepresidenta ironizó: “qué interesante su pregunta”. Y se limitó a contestar que se siente “muy orgullosa de formar parte del primer Gobierno de coalición de España”. A lo que la diputada de Vox se quejó de que no había contestado a la pregunta y de haber incurrido en “una falta de respeto por no responder a los españoles”.

En su replica, Díaz acusó a Cañizares de haber incumplido con su pregunta dos preceptos del Reglamento, el 181 y el 186. El primero se refiere a las interpelaciones, pero el segundo a la preguntas orales y deja claro que “no será admitida la pregunta de exclusivo interés personal de quien la formula o de cualquier otra persona singularizada” y que la Mesa del Congreso “admitirá la pregunta si se ajusta a lo establecido”. Por eso, opinó que “la pregunta nunca debió haberse admitido a trámite”.

No obstante, replicó las críticas múltiples de Cañizares presumiendo de medidas adoptadas por el Gobierno, muchas de ellas de su propio Ministerio de Trabajo (la reforma laboral, los ERTE, la subida del SMI, la regulación de los riders y las trabajadoras del hogar y de la cultura, entre otras), pero también otras ajenas como la Ley de Vivienda o la de eutanasia.

Proclamó que el Ejecutivo “está cambiando singularmente nuestro país” mientras el PP y Vox “no hacen más que votar en contra” y recurrir al Tribunal Constitucional cosas como la derogación del despido por absentismo laboral en caso de baja por salud, y terminó recordando que el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy dijo que soñaba con que España pudiera alcanzar los 20 millones de ocupados y ahora estamos en 20,8 y llegará a 21 este mismo año.