Los "riñones artificiales" de este hospital atienden las necesidades de enfermos en un extenso territorio, que llega hasta la ciudad de Nablús y es el único de la zona.

Además, los voluntarios acompañarán a los enfermos que viajan diariamente de Nablús a Jenín, para verificar que los controles militares no interrumpen el paso e las ambulancias, práctica que vienen siendo habitual.

También tienen el objetivo de convertirse en observadores y denunciantes de los abusos que cometan las fuerzas israelís, colaborando en esta tarea con organizaciones pacifistas locales.