La portabilidad es el nombre que recibe el procedimiento que permite al cliente conservar el número de teléfono en caso de que decida cambiar de compañía.

El punto más controvertido de la resolución del regulador es la propuesta sobre morosidad, que pretende establecer que los clientes que deben dinero a una operadora no puedan cambiar de compañía. Hasta el momento, esta posibilidad está prohibida.

Por ahora, Vodafone es la entidad que lidera este frente del mercado de la telefonía móvil. En los tres meses de verano, la filial de la compañía británica sumó 132.529 clientes nuevos procedentes de sus competidoras.

Hasta la fecha, este proceso, que ya han utilizado más de nueve millones de clientes, tenía una duración de entre 10 ó 15 días.

Las tres operadores de España, donde hay 45 millones de usuarios de telefonía móvil, compiten intensamente, mes a mes, para "robarle" clientes a sus rivales en el mercado.

Para agilizar la portabilidad, la CMT ha propuesto pasar del actual modelo distribuido (en el que los operadores tramitan sus solicitudes a través de sitios web gestionados por sus competidores), a un modelo centralizado (en el que una entidad de referencia se encarga del control de la base de datos en la que quedan recogidas todas las peticiones de cambio de compañía).